Publicado: Miércoles, 20 Marzo 2019

Conferencia en el Centro Loyola de Murcia: Perdonar a tiempo para no sufrir a destiempo

El trece de marzo de los corrientes, con un salón de actos repleto, María Guerrero Escusa, doctora en psicología (entre otros muchos méritos), impartió una “lección magistral” sobre EL PERDÓN, adecuado tema elegido por el Centro Loyola para este tiempo de Cuaresma. De manera ágil, atractiva y clarificadora, la ponente nos explico que es y que no es el perdón, y las consecuencias que tiene hacer un uso honesto del mismo en nuestras vidas como elemento liberador para nuestro ser. Perdonar NO significa NEGAR; NO es olvidar, ni actuar como si nada hubiera pasado. No es “hacer un favor a otra persona”, ni justificar. Tampoco representa un signo de debilidad, ni significa perder. No podemos pretender sentirnos, tras perdonar, como antes de la ofensa recibida, ni actuar como si fuéramos “perdonavidas”. El perdón no tiene que ver con lo que te han hecho sino con lo que quiero dejar de sentir. Es una decisión de querer ver más allá de la superficie de la persona que me dañó. Es una actitud que nos pide el firme propósito de querer mirar más “adelante”, y supone estar dispuesto a aceptar la responsabilidad. Perdonar es un proceso, no se trata de todo o nada, blanco o negro, es un “poco a poco” un “paso a paso” cada uno a su ritmo, con sus altibajos. Es entender que no podemos olvidar el dolor (que es un sentimiento puro) pero si el sufrimiento. El perdón borra lo que el tiempo no pudo. Al fin y al cabo, como manifestó Irene Villa (mutilada por un atentado terrorista de ETA) perdonar es más un acto de inteligencia que de generosidad ya que te devuelve la paz que el odio te roba, es poner a un prisionero en libertad y descubrir que el prisionero eres tú. El perdón debemos dirigirlo al yo esencial, puro, y hemos de comenzar por perdonarnos a nosotros mismos para hacerlo con los demás, hemos de volvernos fuertes de corazón sin perder ternura del alma. Es un regalo que te das a ti mismo. Pedir perdón significa que preferimos AMAR por encima de nuestro EGO. La paz interior solo se consigue cuando somos capaces de comprendernos, aceptarnos y perdonarnos. 

“Aferrarse a la ira es como aferrarse a una brasa candente con la mano, con la intención de tirársela al otro; pero eres tú quien se quema” (Buda). Como cristianos recordar y argumentar en torno al perdón es una buena manera de reflexionar en Cuaresma. El perdón a través del amor, uno de los ejemplos del Maestro.

“Soportándose unos a otros, y perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De la manera que Cristo os perdono, así también hacedlo vosotros, sobre todo vestíos de amor, que es el vinculo perfecto”. (Colosenses 3:1).

ver +