Publicado: Lunes, 10 Agosto 2020

Celebración de San Ignacio en Huelva

 

La celebración del Día de San Ignacio en la capital onubense ha sido organizada tradicionalmente por la Compañía de Jesús. Sin embargo, en esta ocasión, a causa del reciente cierre de la comunidad de jesuitas de Huelva, ha sido la Asociación de Ejercicios (ACHEESIL) la que ha tomado la iniciativa de convocar a esta celebración a todos los grupos e instituciones de inspiración ignaciana de la diócesis.

Estas nuevas circunstancias nos han hecho tomar conciencia de nuestra ilusión y nuestro compromiso con la espiritualidad ignaciana, que tanto ha aportado a esta ciudad y a esta diócesis durante los largos años en los que hemos contado con la presencia de una comunidad de jesuitas en nuestra ciudad. Hoy, quizás debamos ser nosotros, los laicos, quienes tomemos el relevo de hacer llegar este espíritu ignaciano donde nuestros hermanos consagrados lo han hecho ya, e incluso, allí donde aún no lo han hecho.

En este sentido, agradecemos la colaboración para la celebración de este día a D. Juan García Cobo –nombrado vicario parroquial de San Pedro para continuar la atención pastoral en este Templo-, que nos presidió la eucaristía.

De esta manera, la que llamábamos “iglesia de los jesuitas”, a partir de ahora, y gracias al acuerdo establecido entre la Compañía de Jesús y la Diócesis de Huelva, pasa a ser templo diocesano dependiente de la Parroquia Mayor de San Pedro.

Y, en general, agradecemos a todas y todos los asistentes todo el cariño expresado a la conclusión de la celebración, los que acuden a la eucaristía regularmente en el templo y especialmente aquellos con quienes hemos compartido esta celebración cada año y que en esta ocasión se han acercado para expresarnos su cercanía y agradecimiento aún más vivamente. Significativa fue la presencia y el apoyo del Delegado Diocesano de Apostolado Seglar, D. José Antonio Periáñez. Nos alegra haber compartido con él la memoria de San Ignacio, pues sabemos la gran inspiración que este santo ha supuesto en su vida y en su servicio a la diócesis.

 

Todo lo cual nos impulsa a seguir trabajando en adelante con ilusión renovada en la misión compartida al modo ignaciano que tanto laicos como consagrados tenemos por delante. Una labor basada en nuestro compromiso apostólico en nuestros ambientes más próximos, que habrá de ser todo lo creativa que los nuevos tiempos y circunstancias nos demanden.

 

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