Publicado: Lunes, 01 Marzo 2021

La pandemia, vista desde el Amazonas

Los jesuitas españoles Paco Almenara y Fernando López explicaron el pasado jueves en un encuentro en el Centro Loyola de Canarias la situación de la Covid-19 en la Amazonia. Lo hicieron acompañados de miembros del Equipo itinerante de misioneros del que ambos forman parte. Fernando habló presencialmente desde Las Palmas y Paco desde el estado de Acre (Brasil), junto a Arizzeti Miranda desde Manaos (Brasil), y Joaninha Honorio (Hnas Azules) y Oscar, un voluntario valenciano, se conectaron desde la frontera brasileña con Perú.

El diálogo estuvo moderado por Chema Segura SJ quien invitó a los presentes a que compartieran cómo estaban viviendo el momento actual y los últimos meses de pandemia desde sus lugares de misión y cómo estaba afectando la covid-19 a los indígenas.

Todos coincidieron en que el 2020 fue muy complicado. Muchos de ellos quedaron atrapados tres meses en Iquitos (Perú) a donde habían acudido para dar un taller en la asamblea del vicariato. Pudieron participar en la campaña de recaudación de equipos de protección y oxígeno impulsado en la diócesis de San José en esa primera ola. Confirmaron que “Hubo muchos casas, pero pocas defunciones”, si bien fue “muy sangrante la comercialización del oxígeno”, el que tenía dinero, lo conseguía, mientras muchas familias se encontraban cerradas las puertas de los hospitales y tenían que tratarse en sus casas.

Paco Almenar reside en el estado del Acre, del lado Brasileño, que es el que tiene mayores tasas de incidencia ahora mismo en el país. En su municipio, que es pequeño (8000 habitantes), 1 de cada 8 personas está infectada, si bien la mortalidad es pequeña. Desde Manaos, Arizetti, con dolor contaba que en pocos meses, se han muerto más personas que en todo el año pasado, y cómo desde el interior del Amazonas venía la gente a Manaos para morir. “Los hospitales continúan llenos, mucha gente lo está pasando mal, por falta de responsabilidad de los gobiernos, porque aún hoy hay muchas personas hospitalizadas y faltan profesionales, equipamientos” denunciaba, así cómo que los aparatos se van turnando entre enfermos, porque no hay para todos.

Para las comunidades indígenas, además del dolor de la pérdida de sus parientes, ha sido muy doloroso e impactante no poder hacer el velatorio, algo muy importante en su cultura.

En el momento actual, además de la pandemia se han encontrado con la difícil situación del grupo de 500 migrantes que llegaron a la frontera brasileña, mayormente de Haití, pero también de África y Bangladesh y a los que no se les permiten cruzar a Perú. Varios de estos misioneros están ayudando a este colectivo.

En la conversación también han denunciado la corrupción surgida con la llegada de las vacunas, tras descubrirse que políticos y familiares se habían vacunado sin prescripción.

Los misioneros no dejaron a los asistentes sólo este panorama de dolor y sufrimiento, sino que abrieron la puerta a la esperanza con algunos regalos de vida recibidos estos meses. Como la impresionante fuerza de la solidaridad, incluida la llegada desde España y el gran trabajo de la Iglesia en estos meses donde algunos han visto “signos de que algo nuevo está naciendo”. Este trabajo no solo se ha centrado en la solidaridad, logrando recaudar recursos, sino también en la incidencia política (presionando a los gobiernos a actuar) y en la vigilancia ética y profesional para que los recursos no fueran desviados y controlados por mafias que controlan la región.

Fernando López extrajo como positivo el que la pandemia haya visibilizado otras pandemias, como es la asimetría entre países y comprobar que estamos profundamente conectados, para lo bueno y para lo malo. “Estamos hermanados, sí o sí, la pandemia nos colocó a todos en el mismo barco”. Algunos aprendizajes de Paco Almenar, que ha seguido visitando a los mayores enfermos que acompañaba antes de la pandemia, algunos aprendizajes de este tiempo han sido “el arraigarnos a nuestras propias raíces humanas, a nuestra comunidad de hermanos, a lo esencial y el instalarnos en la fragilidad".

En medio de este difícil contexto, “la Iglesia ha sido movida por el fuego del espíritu”, dijeron.

Puedes ver el encuentro en este enlace

 

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