El encuentro de la Plataforma de Castilla y León reflexiona sobre las Comunidades Apostólicas

La Plataforma Apostólica de Castilla y León ha celebrado su encuentro de curso en el colegio Cristo Rey para trabajar el tema de las “comunidades apostólicas”. Para comenzar, el delegado, Gerardo Villar, invitó a los más de 60 representantes de las distintas ciudades y obras de Valladolid, León, Salamanca y Burgos a vivir la jornada ‘abiertos al Espíritu’ y a las mociones que este tema pueda generar en los distintos contextos de la Plataforma.  

La jornada contó con tres momentos que motivaron la reflexión (una triple mirada): una oración sobre la experiencia personal comunitaria de cada uno de los participantes; una charla del delegado del sector social de la Provincia, Luis Arancibia; y testimonios sobre la gestación de dos comunidades apostólicas.  

El Proyecto Apostólico de Provincia contempla en el horizonte la comunidad apostólica como respuesta a la continuidad de la misión de la Compañía de Jesús en una sociedad cambiante y una iglesia que llama a la sinodalidad. Arancibia introdujo la diversidad de posibilidades en las que se puede ir concretando la realidad de una comunidad apostólica (en una institución, pero de manera particular incidió en las ciudades). Espacios donde nos alentamos, sostenemos la misión, oramos, discernimos, evaluamos y celebramos. No faltaron las referencias a la dificultad del término, los límites que surgen a la hora de concretarlo y el deseo provincial de ir dando claridad a estar realidad.  Espacios, de definitiva, donde “experimentamos la gracia de caminar con otros” dijo. Recuperó las palabras de la oración guiada por Lucas Alcañiz SJ: “Ningún hombre es una isla. Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo”.

Los testimonios fueron compartidos por Daniel Argibay, jefe de estudios de FP de Cristo Rey, y Pady Miranda, de la comisión de ecología de la Plataforma de Castilla y León. El primero habló de la comunidad apostólica Cristo Rey de reciente creación en el seno del instituto y a la que se han sumado 14 profesores. El objetivo es crear comunidad, que vibre con el corazón de sus miembros, aliente su vocación docente y permita compartir vida y oración. Por su parte, Pady compartió la realidad del proyecto de hospitalidad Ecología y Acogida Ana Leal, sus raíces en INEA y la labor de cohesión en la dinámica apostólica de la ciudad.  Un proyecto de hospitalidad que ha ido formando una comunidad apostólica -9 familias y 34 personas- desde la cual se despliegan distintas ofertas de espiritualidad en clave de conversión ecológica.

Para poner en común ambas reflexiones, hubo dos momentos para compartir por grupos. En el primero, al terminar la mañana, los ocho grupos pusieron en común los ecos del trabajo de la mañana y las posibilidades e interrogantes que surgían al hilo de la ‘comunidad apostólica’: ¿Qué ayudaría en estos momentos a construir comunidad apostólica? ¿Cómo crees que se puede potenciar una comunidad apostólica en tu obra-grupo? Por la tarde, los grupos se formaron por ciudades para lograr compartir luces y sombras, llamadas y pasos a dar encaminados a tejer y conformar espacios definidos como ‘comunidad apostólica’.

La eucaristía cerró esta jornada, porque ’celebrar’ es uno de los verbos que ayudan a generar comunidad. Fue un bonito día de encuentro y de seguir tejiendo red. Después, cada uno a su ciudad, con el deseo de ir madurando y reflexionando esta llamada comunitaria en la Plataforma Apostólica.