Publicado: Lunes, 04 Febrero 2019

Preparándose para ser ordenado

8:05 Entra un compañero en el comedor. “Ya ha empezado la cuenta atrás, ¿estarás nervioso?” Me despido del pequeño placer de desayunar en silencio e intento salir del paso con alguna frase hecha. Sé que la ordenación es un momento importante para toda la comunidad y agradezco el cariño que me muestras. También sé que no estoy siendo el más cercano en estos días pero confío en que sabrás disculparme.

13:49 Me llama mi madre. “¿Has escrito ya a la tía Pepita?” Es la tercera vez que me llama esta semana. La primera quería confirmar los horarios de la celebración, ayer me preguntaba si quería que me regalaran algo y hoy es la tía Pepita. Sé que toda la familia está ilusionada con este momento. Para mí es fundamental teneros cerca ese día, no entiendo la historia de Dios en mi vida sin vosotros… pero necesito un poco de tranquilidad.

17:21 Recibo un mail de los superiores. “¿Puedes quedar tal día para que hablemos de lo del año que viene?” No solo puedo sino que además quiero pero tengo la impresión de que no llego a todo. ¡Cómo me gustaría dividirme! Dejar la cabeza preparando las tesis, una mano que termine las cuentas de la casa mientras la otra manda invitaciones, y el corazón que se concentre en la ordenación. Pero seguirte Señor exige al hombre entero.

20:33 Comenzamos la eucaristía. Sigo nervioso pero ya no importa tanto. Ahora sólo hablas Tú. Siempre has sido Tú. Dándotenos por completo, dándoteme continuamente. Y yo confío y me dejo hacer. Tú sabes que ya no me sueño de otro modo. Tú sabes que solo deseo entregarme en Ti al mundo, a todos, en todo. Termina Señor la obra que Tú mismo comenzaste en mí.

22:49 Mi madre otra vez.

 

Angel Benítez-Donoso SJ

 

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