
Arranca el año aloisiano en El Puerto
En el mes de marzo el P. General, Arturo Sosa, informó en una carta a toda la Compañía que la Santa Sede, teniendo presente el 450 aniversario del nacimiento de San Luis Gonzaga (9 de marzo de 1568, en Castiglione delle Stiviere) había proclamado la celebración de un Año Jubilar Aloisiano a partir de mañana 9 de marzo hasta la misma fecha del año 2019. En esa carta, el P. General invitaba a la Compañía, a sus comunidades e instituciones a celebrar este tiempo para atraer la mirada sobre el enriquecimiento que los jóvenes, como San Luis Gonzaga, suponen para la sociedad, la Iglesia y la Compañía.
En El Puerto de Santa María han arrancado las celebraciones el pasado 21 de junio, Fiesta de San Luis Gonzaga. La familia ignaciana de El Puerto se reunió para celebrar este Santo cuyo nombre es tan venerado en la localidad; la comunidad de jesuitas y el colegio llevan su nombre. Y además abrir un año de celebraciones en su honor.
Se reunió el equipo directivo del colegio, el equipo de pastoralistas, miembros del consejo de pastoral parroquial, los responsables de la pastoral social y del barrio, algunos monitores de la experiencia de oración y jesuitas. A las 9,30 de la mañana se celebró la Eucaristía parroquial en la que concelebró toda la comunidad con las personas que acuden diariamente al templo. De esta manera abrieron un año marcado por la vida de su santo patrón de El Puerto, iniciado también con actividades pastorales con el alumnado sobre san Luis Gonzaga. Se continuará en el nuevo curso con conferencias, celebraciones, actividades pastorales... para llenanse del espíritu de sencillez, humildad y entrega de este santo que entregó su vida por amor.
Como iniciativa para empezar este año aloisiano las tres entidades de El Puerto, colegio, parroquia y comunidad de jesuitas han colocado en cada puerta de entrada paneles con fotos y lemas relacionado con la vida del santo.
Al término de la eucaristía compartieron en el patio de la parroquia un chocolate con churros invitados por la comunidad de jesuitas. Allí las distintas realidades jesuitas de la ciudad pudieron saludarse y seguir contrayendo misión compartida.