Publicado: Sábado, 20 Octubre 2018

Más de 8.500 personas acuden a la beatificación del “Apóstol de Málaga”, Tiburcio Arnaiz Muñoz

La Catedral de Málaga ha acogido este sábado la beatificación de Tiburcio Arnaiz Muñoz, jesuita fallecido en 1926 y considerado el Apóstol de Málaga. La causa de beatificación, impulsada por la Asociación de Misioneras de las Doctrinas Rurales, fundadas por el beato, ha tenido hoy, con el rito de beatificación, su celebración principal.

La Eucaristía ha sido presidida por Giovanni Angelo Becciu, cardenal prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos. Junto a él, concelebraron más de cien sacerdotes, entre los que se encontraban el Provincial, Antonio España; el superior de la comunidad del Sagrado Corazón de Málaga, Fernando Motas; Vicente Luque, vicepostulador de la Causa y postulador durante la fase diocesana; Elías Royón, vicario episcopal para la Vida Consagrada de la Archidiócesis de Madrid, Pascual Cebollada, Postulador General de la Compañía de Jesús. También han concelebrado: el nuncio apostólico en España, Renzo Fratini, el obispo de la Diócesis de Málaga, Jesús Catalá, así como el arzobispo de Granada, Javier Martínez Fernández y el Cardenal Fernando Sebastián, obispo emérito de Pamplona con residencia en Málaga. También han acudido jesuitas en formación de la Provincia para presenciar la beatificación de Arnaiz.

En su homilía, el cardenal Becciu ha destacado: “¿Cuál es el mensaje que el Beato Tiburcio Arnaiz Muñoz ofrece a la Iglesia y a la sociedad de hoy? Él representa para todos nosotros, singularmente para los sacerdotes y las personas consagradas, el ejemplo del hombre que no se conforma con lo ya conquistado sino que, siendo dócil a las exigencias del espíritu, se propone entregarse a Dios con mayor radicalidad. De aquí nace su decisión de ingresar en la Compañía de Jesús tras doce años de ministerio diocesano. Él respondió al amor de Dios a través de una creciente entrega en el ministerio y en el amor por los últimos, los descartados. ¡Cuánta necesidad hay, en nuestros días, de abrir el corazón a las necesidades espirituales y materiales de tantos hermanos nuestros, quienes esperan de nosotros palabras de fe, de consuelo y de esperanza, así como gestos de atenta acogida y de generosa solidaridad!”

El acompañamiento musical de tan solemne acto ha sido dirigido por José Luis López Antón y ha contado con la participación del organista primero de la SICB de La Encarnación de Málaga, Adalberto Martínez Solaesa, y el Coro Pro Beatificación del Padre Arnáiz, dirigido por Juan Manuel Montiel y con más de 140 voces de, entre otros grupos, la Escolanía de San Estanislao de Kostka y la Coral Manuel Terry, de antiguos alumnos de San Estanislao, de la Compañía en Málaga.

Más de tres mil personas en el interior del templo han seguido la ceremonia que ha durado algo más de dos horas. En total han seguido la celebración en la Catedral y los alrededores 8.500 personas, según los datos de Protección Civil, a pesar del aviso rojo de AEMET por lluvias que se han producido durante la Eucaristía.

El domingo, 21 de octubre, a las 11:30 horas, se celebra en la Catedral de Málaga una misa de Acción de Gracias por el nuevo Beato, cuya fiesta se celebrará el 18 de julio, fecha de su fallecimiento. Los restos del Beato Tiburcio Arnaiz Muñoz reposan en la iglesia del Sagrado Corazón, de la Compañía en Málaga.

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CARTA APOSTÓLICA
Nos,
acogiendo el deseo de Nuestro Hermano
Jesús Esteban Catalá Ibáñez
Obispo de Málaga,
así como de otros muchos hermanos en el Episcopado
y de numerosos fieles,
después de haber consultado el parecer
de la Congregación para las Causas de los Santos,
con Nuestra Autoridad Apostólica
concedemos que, el Venerable Siervo de Dios
TIBURCIO ARNAIZ MUÑOZ
Religioso de la Compañía de Jesús y
Fundador de la Obra de las Doctrinas Rurales,
que, movido por su gran amor al Corazón de Jesús,
con incansable celo apostólico,
elevó notablemente el nivel espiritual de la sociedad malagueña y
logró implicar a muchos seglares en apostolados heroicos,
realizando una labor catequética, caritativa y cultural
en los barrios y los campos más abandonados,
de ahora en adelante pueda ser llamado BEATO
y se pueda celebrar su fiesta en los lugares y,
según las normas establecidas por el Derecho,
el día 18 de julio de cada año,
día de su nacimiento para el cielo.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Dado en Roma, junto a San Pedro
el día 12 de octubre del año del Señor 2018
sexto de Nuestro Pontificado
Francisco PP.

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