
Reunión del equipo del secretariado de misión compartida
El pasado 3 de junio, en Maldonado, se celebró la segunda reunión del equipo del secretariado de misión compartida; la primera presencial y para algunos el primer momento de encuentro personal.
Comenzamos la reunión con una oración que nos inspiró la clave del día, disponernos a la novedad del Espíritu que nos invita construir un futuro esperanzador y en colaboración.
La primera parte de la reunión se dedicó a informar sobre las actividades que el equipo de misión compartida de CONFER había realizado durante el curso. Entre las conclusiones de este compartir cabe destacar la importancia de conocer el camino de otras congregaciones, conscientes de que para cada una el camino es distinto en ritmo y en ruta; el aporte de lo ignaciano en estos encuentros, en personas y contenidos, que se suma al de otras congregaciones y el deseo de que la participación de personas, jesuitas y laicos, de la familia ignaciana, vaya creciendo en los próximos años. Después tuvimos ocasión de conocer la reflexión que CVX había realizado sobre su aportación al equipo del secretariado de misión compartida y, en general, a la colaboración. Desde el equipo se agradece y se recoge este ofrecimiento al que se irá dando contenido a medida que se vaya avanzando.
Esta primera parte también dio pie a varias intervenciones con las siguientes claves:
- La necesidad de tener una mirada más amplia y sentirnos Iglesia.
- La necesidad de conocer y reconocer todo lo que se está haciendo bien en el ámbito de la colaboración, teniendo en cuenta que debemos ir al encuentro del otro desde nuestra identidad propia y clarificada.
- La necesidad de identificar prioridades. Si bien la colaboración no se reduce al ámbito de las personas que trabajan en las obras, hoy por hoy, esta es una prioridad, dado el número de colaboradores y de jesuitas y el ritmo al que van creciendo algunas obras. El trabajo diario de las obras debe recoger el mayor número posible de elementos identitarios, haciendo posible la sostenibilidad apostólica a la par que la económica.
- El papel de la formación. Se reconoció el avance que ha supuesto la revisión y puesta en marcha de los planes de formación en I+M; si bien se siguen echando en falta estructuras que “mantengan viva la llama” y que se conviertan en condiciones de posibilidad para el siguiente paso posible; en clara alusión a las comunidades apostólicas.
A continuación, se abrió un tiempo de trabajo sobre la identidad religiosa y laical como realidades desde las que se construye la colaboración. La última parte del día se dedicó a identificar una línea de trabajo para centrar el aporte del equipo. El tema que se escogió es el de las comunidades apostólicas. El objetivo es tratar de animar el despliegue de estas comunidades en las distintas obras y realidades de la Provincia e identificar buenas prácticas relacionadas con esta realidad. Del trabajo del equipo podría surgir un documento, a modo de guía práctica de comunidades, que sirviera de ayuda para la puesta en marcha donde no las haya, así como de guía para seguir avanzando en este camino a las ya iniciadas.
Finalizamos con la evaluación del día. Confirmamos la calidez de los encuentros personales y resonaron dos palabras: agradecimiento y camino.