Publicado: Martes, 05 Agosto 2014

Entreculturas viaja a Líbano para identificar posibles apoyos a las personas refugiadas sirias

A mediados de julio el director de Entreculturas Agustín Alonso SJ y el responsable de proyectos de cooperación, Ramón Almansa, viajaron a Líbano con el objetivo de conocer el trabajo educativo del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) en Oriente Medio e identificar posibles apoyos de Entreculturas a medio y largo plazo.

Fue en el año 2008 cuando el JRS decidió iniciar su actividad en Siria y Jordania, fundamentalmente con refugiados urbanos de origen iraquí. Al año siguiente, extiende su intervención a Turquía, como país de destino y de paso hacia Europa de un gran número de refugiados provenientes de Irak, Irán, Afganistán y Sudán. Desde un principio, el trabajo se llevó a cabo de la mano de las comunidades jesuitas e iglesias cristianas, que ya venían trabajando con estas poblaciones olvidadas. 

El JRS abrió centros comunitarios en Alepo y Damasco (Siria), Amman (Jordania) y Ankara (Turquía) que, según describen los refugiados, se convirtieron en su segundo hogar. En estos centros se ayudaba a las familias de refugiados y se pusieron en marcha las primeras actividades educativas. 

En 2012, dada la gran crisis humanitaria generada por el conflicto en Siria, el JRS realiza un trabajo de emergencia en Damasco, Homs y Alepo, dando comidas diarias a unas 12.000 personas y distribuyendo kits de higiene, ropa, mantas, etc. Al ver que la situación no hacía sino empeorar, el JRS decidió extender su trabajo a Líbano debido al flujo masivo de refugiados que estaban llegando a este país.

Líbano, el refugio de más de 1 millón de sirios

Líbano, con una población de 4,2 millones de habitantes, registra a día de hoy 1.120.000 refugiados procedentes de Siria, lo que lo convierte en el país con el mayor número de refugiados per cápita del mundo. De hecho, en algunas ciudades cerca de la frontera con Siria, como Chebaa o Arsal, los sirios superan en número a los libaneses. "Para hacernos una idea, siguiendo esta proporción, ¡España debería acoger a 10 millones de refugiados y Alemania a 20! Sin duda, es admirable la capacidad de acogida y la tolerancia que demuestran los libaneses", señala Agustín Alonso, director de Entreculturas. La crisis humanitaria de Siria ha provocado ya casi 3.000.000 de personas refugiadas (de las cuales, el 38% se han asentado en Líbano).

"A diferencia de otros contextos en los que acostumbramos a ver enormes extensiones de tiendas de campaña convertidas oficialmente en campos de refugiados, la realidad de Líbano es diferente. El drama y la pobreza se camuflan. La mayoría de los refugiados sirios que llegan a Líbano alquilan habitaciones, llegando a vivir en ellas familias enteras. O buscan un hueco en albergues abarrotados, en fábricas abandonadas o edificios medio derruidos... Son como arena que se infiltra entre los huecos de las piedras dentro de un bote", reflexiona Ramón Almansa, responsable de proyectos de Entreculturas. 

"Como bien me hizo notar Tony Calleja (Director Regional del JRS en Oriente Medio), hay cientos de prendas en la ropa tendida de los edificios, eso es una señal del hacinamiento en el que están viviendo los refugiados. Un país como Líbano, de 4 millones de habitantes, ha absorbido de repente 1 millón de refugiados y llama poderosamente la atención que el país no se haya colapsado y siga funcionando. Pero esto no significa que no haga falta ayuda. Es a lo que me refería con la idea de que la pobreza se camufla... los sirios y los libaneses son pueblos hermanos, han vivido realidades muy similares, se adaptan en la convivencia y se ayudan... pero la dimensión del problema es verdaderamente grave", afirma.

Entreculturas ha solicitado financiación a la Oficina de Acción Humanitaria de la Unión Europea (ECHO) para poner en marcha un "Programa de Aprendizaje Acelerado para los refugiados sirios en Líbano". 

Este proyecto consistiría en poner en marcha un curso intensivo de 6 meses que preparase a los niños y jóvenes refugiados sirios en diversas materias (idiomas, matemáticas, ciencias, música, deporte e informática) con el objetivo de incrementar su inserción y su permanencia en las escuelas libanesas. La propuesta incluye también cubrir los costes de transporte y ofrecer apoyo psicosocial a los niños y niñas que presenten necesidades específicas (teniendo en cuenta las experiencias traumáticas que la mayoría de los refugiados sirios han experimentado a causa de la guerra). Se estima que este programa beneficiaría a unos 2.500 niños, niñas y jóvenes de entre 5 y 17 años (50% niños y 50% niñas), así como a 42 docentes, a quienes se les prepararía convenientemente para que el programa de aprendizaje acelerado resultase exitoso. 

"Desde luego, es un proyecto que tiene todo el sentido. Cuando en Entreculturas y el JRS hablamos de diálogo interreligioso, hablamos precisamente de esto, de encontrar espacios comunes, de aparcar las diferencias y hacer prevalecer lo verdaderamente importante: la dignidad, la supervivencia y una educación que genere cambios y oportunidades de futuro", concluye Agustín. "Sinceramente, espero y deseo que esto prospere".

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