
Tras los pasos del Camino de la Herida de Ignacio
La primera etapa, de 24 kilómetros, finalizó en Irurtzun, donde se alojaron en la Casa de la Cultura. La jornada comenzó con una visita a las Hospitalarias de Pamplona, que recibieron a los peregrinos con gran alegría. El camino se complicó al comenzar la lluvia, que puso difícil completar la etapa. El segundo día, entre Irurtzun y Lekunberri, aún en Navarra, contaba con algo más de 15 kilómetros. En la parte final, llegando al pueblo, comenzó a nevar. En el pueblo navarro fueron recibidos por el párroco Ignacio Azcoaga, que les acogió y acomodó en el Monasterio de las Clarisas, con quienes compartieron la Eucaristía, oficiada por David Fagundo.
Desde ese lugar tomaron rumbo a Tolosa, una etapa que sería la más larga, con 28 kilómetros, pero que –por las inclemencias meteorológicas- tuvieron que recortar hasta Betelu (13 kms), donde según cuenta la leyenda del lugar, se encuentra la piedra donde Íñigo se sentó a descansar del recorrido en camilla. Aquí tomaron el autobús hasta la localidad guipuzcoana. En Tolosa recibieron la calurosa acogida de las Hijas de Jesús, con quienes compartieron almuerzo, cena, desayuno y Eucaristía en comunidad. De Tolosa a Loyola, 24 kilómetros, el grupo llegó a la Basílica, donde a las siete de la tarde celebró la eucaristía en la Capilla de la Conversión de la Santa Casa. Tras hacer noche en la casa de las religiosas de Jesús-María, visitaron la casa del Hermano Gárate, y ya en Azpeitia, la Iglesia y el Hospital de la Magdalena y la Parroquia de San Sebastián, donde fue bautizado San Ignacio de Loyola. Más tarde partieron a Valladolid para compartir sus experiencias con la Comunidad del Colegio Menéndez Pelayo, donde fueron acogidos. La experiencia finalizó el día 28 de febrero con la vuelta a Málaga, agradeciendo tanto bien recibido.
- Inicio
- Noticias
- De cerca
- Vida en Compañía
- Palabras del provincial
- Fallecimientos
- Semblanzas
- Propuestas
- Publicaciones
- Prensa
- Enlaces
- Documentos
- Agenda
- Buscador
- Intranet