
Presentan el libro 'Mucho más que dos', una guía para aplicar la nueva pastoral de la familia señalada en Amoris Laetitia
La guía de pastoral de la familia ante el nuevo rumbo marcado por la encíclica del Papa Francisco, Amoris Laetitia, escrita por el jesuita y psicólogo Pablo Guerrero, Mucho más que dos, fue presentada ayer por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en el salón de actos de Maldonado. Junto a ellos, participaron Isabel García-Gallo, orientadora familiar; Rufino Meana SJ, profesor de Psicología de la Universidad Pontifica Comillas y Ramón Alfonso Díez, director editorial del Grupo de Comunicación Loyola. Las palabras del cardenal Osoro apuntaron al núcleo del libro, como así hizo también en el prólogo que él mismo escribió: “Ha captado desde una profunda reflexión teológico-pastoral la manera y el modo de afrontar la pastoral de la familia, de la vida, del matrimonio, tal y como lo ha diseñado el papa Francisco en Evangelii gaudium. Y esta manera de afrontarlo es la que elige el autor para hacerse valedor de todo lo que en Amoris laetitia se nos regala con respeto a la familia”. Con este convencimiento, Osoro destacó la mirada de “amor y compasión” del autor a la hora de escribirlo: “Porque si algo tiene es que quiere salir al encuentro de las familias tal y como están hoy; no como nos gustaría que fueran”, reconoció. Puso en valor el horizonte desde el que lo ha escrito –de la relación con las personas-; la mirada que hace y que urgió a imitar a la iglesia: “Quitar esclavitudes, sufrimientos y que nadie se sienta rechazado”. También destacó las tareas que sugiere emprender, “que necesitan ser revisadas sin miedo”, y la atención que presta a la fragilidad desde dos ministerios: reconciliación y mediación. “Al trabajar por la reconciliación de parejas y familias, participamos en la misión de Cristo, ayudamos a visibilizar la credibilidad de la iglesia, la ternura de Dios y la riqueza del mensaje de Jesús”.
Por su parte, Pablo Guerrero profundizó en cinco cambios a los que invita la nueva pastoral de la familia y que describe en el libro de Sal Terrae. Primero explicó la necesidad de “mirar con ojos nuevos porque la familia no es un problema, sino, una oportunidad”. Invitó a acallar el discurso integrista y fundamentalista que en algunos ámbitos católicos se escucha sobre las familias. En segundo lugar, pidió prestar atención a la diversidad: “¿No ha llegado el momento de personalizar aún más la atención a la familia? ¿Por qué no dejamos de definir la familia cristiana solo con el modelo de los años 50?”, se preguntó. Esta invitación implica, según explicó, el tercer cambio: “No caer en la repetición de fórmulas pasadas ni en extravagancias para ser originales”. Para la cuarta conversión, Guerrero defendió dos claves para dejarse guiar en la pastoral familiar: el sentido común del pueblo de Dios y la capacidad de Jesús de conmoverse a la vista de la desgracia humana, “para ser capaces de ver personas y no categorías”. Para el quinto cambio, apuntó a la espiritualidad ignaciana como el recurso del que servirse para dar un servicio de calidad ante los dos retos novedosos a los que invita la encíclica del Papa: “Acompañamiento en la preparación del matrimonio y en los primeros años de casados y discernimiento a personas divorciadas y en nueva unión”.
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