Publicado: Viernes, 02 Junio 2017

Presentación de Le perdono, padre, de Daniel Pittet, la voz de la víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia al servicio de la reparación

La presentación del libro de Mensajero, Le perdono, padre, de Daniel Pittet, reunió el pasado miércoles en Maldonado a cuatro voces que desde distintas perspectivas, iluminaron el espacio oculto de los abusos sexuales dentro de la Iglesia. Esta Iglesia a la que los cuatro sirven y aman, y desde la que no renuncian a la valentía de reconocer sus faltas y la reparación del daño que se ha hecho a los niños. José María Rodríguez Olaizola como consejero delegado del Grupo de Comunicación Loyola introdujo el acto desde la vocación a la que está llamada la editorial a arrojar luz a través de sus publicaciones. Y en concreto esta autobiografía de Pittet, a la que definió de “imprescindible”, porque da voz a las víctimas, y “necesaria”, porque aúna las vivencias que abren una puerta para la esperanza. Fue la voz autorizada de la experiencia en el campo de la atención de las víctimas: Pablo Guerrero SJ. Defendió la escucha “auténtica y de verdad” de la realidad del dolor e indignación así como la del agradecimiento y de la fortaleza. La voz de la víctima, el testimonio del autor, que desgranó el proceso de sanación que le permitió lograr el perdón. Y la voz de la Iglesia, la del cardenal Ricardo Blázquez, quien como presidente de la Conferencia Episcopal Española defendió la actuación con verdad y libertad, y tolerancia cero, para cuidar de la dignidad de los débiles y humillados. “Este libro es buen reflejo de ello”.

El cardenal definió el libro como precioso, por su forma y la hondura de su relato. “Lo recomendaría a personas con una cierta capacidad de comprender de qué se trata”. Una narración sobria, lúcida y valiente. El necesario “ejercicio de verdad después de tantas ocultaciones y sufrimientos": “Necesitamos ejercitar la verdad porque la verdad no es encubrimiento”. Agradeció el valor del autor para dar su testimonio y la firma del Papa en el prólogo.

Le perdono, padre. Sobrevivir a una infancia rota, de Daniel Pittet, es el valiente  testimonio autobiográfico de la difícil reconstrucción de un hombre víctima de abusos sexuales por parte de un sacerdote durante su infancia. Entre 1968-1972, desde los 9 hasta los 12 años de edad, «descendió a los infiernos». Más de 40 años después, con 58 años, ya «en pie», escribe esta larga historia de sanación.  Un complejo proceso reflejado con la dureza de la dolorosa realidad, pero con toda su humanidad.

Es el relato tan doloroso como condenable de la víctima que se ha podido sostener gracias al perdón. Una historia de superación, de denuncia de las atrocidades sufridas y de compromiso con la ayuda a otras víctimas como él. Su biografía quebrada y reconstruida sobrecogió al papa Francisco hasta el punto que él mismo decidió escribir el prólogo. Sus palabras son la rotunda declaración de «tolerancia cero» frente a episodios hirientes como el que padeció el suizo Pittet: «Estos testimonios abren el camino a una justa reparación y a la gracia de la reconciliación, y ayudan asimismo a los pederastas a tomar conciencia del terrible impacto de sus actos», escribe el Pontífice. Un documento extraordinario para un testimonio admirable y valiente que además cuenta con una tercera aportación insólita: la confesión del sacerdote arrepentido y solícito de perdón, el sacerdote Joël Allaz. «No puedo pagar la deuda contraída con mis víctimas; procuro, cuando es posible, encontrar soluciones. Por esta razón acepté testificar en el libro de Daniel».

Presentación en los medios de comunicación aquí.

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