Publicado: Viernes, 09 Febrero 2024

Nador-El Aaiún: compartiendo vida y misión

El último fin de semana de enero los jesuitas de la comunidad Luc Dochier se juntaron en El Aaiún para disfrutar de dos días de encuentro comunitario y de retiro. Estos jesuitas están muy agradecidos por la amabilidad de los Oblatos de María Inmaculada, responsables de la prefectura apostólica de El Aaiún-Sahara, que les dejaron su casa junto a la iglesia de El Marsa (el puerto de El Aaiún). Pudieron disponer de un espacio acogedor y de un tiempo tranquilo para compartir sus experiencias de estos últimos meses en los que han vivido en dispersión apostólica con Danilo (nuestro “maestrillo”) en El Aaiún, Joaco y José Luis en Nador, y Álvaro, sobre todo, en Marrakech. También dedicaron algunos ratos a trabajar juntos una parte del documento De statu Societatis.

Además del retiro de estos jesuitas, nos cuentan que el otro gran regalo de esos días fue –para los que iban de fuera– la posibilidad de empezar a conocer la realidad eclesial y social de El Aaiún, que se ha convertido últimamente en un punto crucial para las personas en tránsito hacia Europa. Lo ha sido por la gran cantidad de hombres y mujeres que desde aquellas costas intentan la travesía hacia las islas Canarias (desgraciadamente, una de las rutas migratorias más letales). El equipo de Cáritas, coordinado por Danilo y con una composición internacional, se desvive para prestar toda la ayuda posible a nuestros hermanos y hermanas migrantes: acogida, acompañamiento, escucha, atención sanitaria y social…

Ante la situación que se vive en estas tierras, el Espíritu está suscitando una sorprendente respuesta de la Iglesia. Durante varias décadas los oblatos fueron los únicos religiosos presentes en la zona tras el fin de la colonización española. Desde hace poco, además de la pequeña representación de la Compañía de Jesús, existe una nueva comunidad femenina, las Esclavas de la Inmaculada Niña (popularmente “de la divina Infantita”), y otros institutos estudian posibles fundaciones.

Los oblatos también han reforzado su presencia, y justamente el fin de semana anterior a nuestra visita, uno de ellos, Jean Marie Moussa Faye, fue ordenado diácono en Dajla (la otra parroquia de la prefectura, a unos 500 kilómetros de El Aaiún) por monseñor Cristóbal López Romero, cardenal arzobispo de Rabat. Fue una liturgia muy africana y un ambiente festivo arroparon ese momento histórico, pues se trataba probablemente de la primera ordenación celebrada en aquel territorio.

Los cuatro compañeros jesuitas que vamos compartiendo vida y misión en Marruecos damos gracias de corazón al Señor por esta posibilidad que se nos ha concedido de reencontrarnos como comunidad, compartiendo momentos de oración, de recreo y de disfrute de la naturaleza (estupendo paseo por la playa de El Marsa), así como por la calurosa acogida experimentada y por haber podido ser testigos de lo que el Espíritu está obrando en medio de aquella realidad. Es un horizonte de misión que nos interpela y que nos invita a discernir en lo concreto la mejor manera de “en todo amar y servir” a aquel que nos convoca y nos envía.

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