Publicado: Martes, 20 Febrero 2024

Huelga de hambre en la comunidad jesuita del Palau

Del 1 al 16 de febrero, la comunidad jesuita de la calle Palau de Barcelona, donde se ubica también la Fundación Migra Studium, ha acogido a tres activistas que han llevado a cabo una huelga de hambre por la paz en Palestina y para reclamar que el gobierno español ponga fin al comercio de armas con Israel y apoye la denuncia de Sudáfrica contra Israel. Para la comunidad de jesuitas convivir con los tres activistas por la paz durante los días de la huelga de hambre ha sido una manera de mostrar su solidaridad con esta causa y con las víctimas de tantas guerras. Pep Mària, miembro de la comunidad, nos acerca a esta experiencia y nos cuenta cómo la ha vivido la comunidad: 

“Todo lo necesario para que triunfe el mal es la inacción de la buena gente” Alexei Navalni

El asesinato de Alexei Navalni ha acontecido pocos días después del final de la huelga de hambre por Palestina que han estado haciendo entre el 1 y el 16 de febrero Llum Mascaray, Martí Olivella y Gabriela Serra, veteranos activistas por la paz. Digo "veteranos" porque los tres rondan los 70 años, y dos de ellos ya habían hecho varias huelgas de hambre.

Esta huelga la emprendieron porque sentían la impotencia individual y colectiva frente a las masacres en Gaza, y consideraron que había que hacer algo: era necesario que "la buena gente" abandonara "la inacción" - en los términos de Navalni.

El día que terminaban la huelga - pero no la campaña - Gabriela agradeció haber "encendido una chispa" que ha activado diversas iniciativas en favor de la paz en Palestina. En concreto, Llum, Martí y Gabriela centraron su campaña en dos reivindicaciones: el cese del comercio de armas entre España e Israel, y el apoyo de España a la denuncia de Sudáfrica contra Israel en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya.

Estos quince días los huelguistas no han comido (sólo bebían agua, agua con gas y agua salada), ¡pero han trabajado mucho! Han recibido amigos y asociaciones. Han llamado a ONGs y asociaciones para que se adhirieran a su campaña (han acabado firmando más de 200). Han hablado con políticos de partidos catalanes para que impulsaran iniciativas en ayuntamientos y en el Parlament; y para que interpelaran al ministro Albares sobre los dos temas de su incidencia. Cada noche han organizado charlas para ir concienciando a la gente sobre el problema de Gaza. Una noche tuvimos un concierto con canciones para el cambio social.

La presencia de los tres huelguistas y sus amigos ha sido una bendición para nuestra comunidad. Nos hemos reunido un par de veces, explicándonos las trayectorias vitales. Hemos compartido momentos de oración y confidencias individuales llenas de ternura y buen humor. También hemos sufrido por ellos, especialmente en los últimos días, cuando las fuerzas flaqueaban (mareos, desmayos, alteración de la tensión).

El día 16 terminaba la huelga de hambre, pero continúan dos realidades:

  1. La campaña por la paz en Palestina, para la que Martí nos invitaba a realizar acciones creativas, cada uno en la medida de sus posibilidades. En concreto, el centro de espiritualidad Cueva de San Ignacio en Manresa, conjuntamente con otras organizaciones, inició ese mismo día tres días de ayuno en la capilla del Rapto de Manresa.
  2. La amistad de los huelguistas con la comunidad de jesuitas. "Es el comienzo de una larga amistad", les había dicho la tarde antes Pau Vidal. Un día de estos nos volveremos a encontrar en la terraza de la comunidad... para hacer una buena comida.

¡Muchas gracias Llum, Martí y Gabriela! Nos han enseñado cómo unir la mística del ayuno con la incidencia política: han sido magníficos maestros para ambas actividades.

Pep Maria SJ

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