Publicado: Viernes, 30 Noviembre 2018

INEA da los primeros pasos para una mayor difusión de la economía circular

Para avanzar en la difusión de prácticas de un consumo más sostenible como los que propone el sistema de economía circular, es necesario conocer el grado de conocimiento de este sistema en la población. INEA ha presentado hoy los resultados de la investigación La economía circular en el sector agrario y agroalimentario en Valladolid en la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico de Valladolid. Un proyecto financiado por el Ayuntamiento con 22.320 euros y cuyos resultados muestran el bajo grado de conocimiento y difusión actual, en la ciudad, de una práctica de consumo más sostenible que pretende resolver el problema de la contaminación y hacer posible que los residuos vuelvan al inicio del proceso productivo de manera circular, dándoles una segunda vida útil. A partir de 500 encuestas y entrevistas entre consumidores, distribuidores del pequeño comercio de alimentos frescos y empresas del sector agroalimentario del municipio, los resultados apuntan a que el 85% de los consumidores y el 90% de los pequeños comercios desconocen qué es la economía circular. Para difundir estos y otros resultados del proyecto, INEA -centro adscrito a la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE-  ha creado la página web agrocircular.es 

Los resultados muestran un elevado grado de desconocimiento sobre este concepto y la manera de aplicarlo. “A pesar de ello, tanto consumidores como distribuidores y empresas sí realizan una variedad de prácticas de reutilización y reciclaje que están alineadas con la filosofía de la economía circular”, advierte el estudio. “Así, por ejemplo, un 51,4% de los consumidores hace muy a menudo o a menudo separación de los residuos no orgánicos (cartón, vidrio o aceite) y ocho de cada diez establecimientos del pequeño comercio (el 78,8%) usa ya bombillas de bajo consumo”. Por su parte, son varias las empresas agroalimentarias que realizan prácticas de reducción de residuos mediante la reutilización de restos o subproductos de la industria.

Además de esta investigación, el proyecto incluye otras dos fases, una de difusión y otra de puesta en marcha de dos proyectos piloto desarrollados en la finca ecológica de INEA y en la ecotienda Come Sano Come Justo. La fase de difusión se ha centrado en formar y sensibilizar a consumidores sobre buenas prácticas alimentarias, a través de charlas, exposiciones y la elaboración de un folleto informativo que se distribuirá en tiendas ecológicas.

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