
"Una pascua vivida intensamente no te deja nunca indiferente"
Esto tiene que ver con el amor: la Pascua de Jesús 2019 en Alaquàs, en la PAL Valencia-Gandía, lo ha desplegado con fuerza. El acontecimiento de la pascua hizo vibrar las historias, las personales de cada uno y las que van construyendo juntos, los jóvenes de las Escuelas de San José de Valencia y sus educadores, jóvenes Magis Valencia, jesuitas y la comunidad CVX.
Con Jesús se acercaron al servicio por amor, con Él se acercaron al dolor por amor, con Él a la alegría universal por amor. Los participantes compartieron testimonios de servicio de personas cercanas, siendo más conscientes de cuánto hay que agradecer y con deseo de devolver este servicio a los demás: dándose ellos mismos.
Escucharon los clavos que enmudecieron las voces, llenando de rostros el corazón ante las muchas cruces que asolan la familia humana, haciendo brotar una oración profunda por este mundo en el que deseamos que reine la paz. Es el amor el que permitió intuir el latido imparable de la vida, a pesar de las densas tinieblas de las injusticias.
Conducidos por él pudieron compartir la Eucaristía de la Resurrección con los enfermos, los presos, los pequeños y los sin techo que les acompañaron en estos días de Pascua gracias a los testimonios de servicio y voluntariado.
Vivir la Pascua 2019 POR MÍ ha ayudado a desear luz en el mundo, a agradecer aquellos que refrescan nuestra vida y nuestra fe, y a desear ser pan que se parte por este mundo, en los pequeños y en los grandes sueños.
Para Laura, alumna de Bachillerato, la Pascua ha sido un tiempo de reflexión personal y descubrimientos: "Tiempo de dedicar atención a lo que y a quien en mi día a día no tengo tan presente. Reflexión personal sobre las situaciones en las que me veo envuelta y cómo reacciono ante ellas. Descubrimientos de personas que me han hecho sentir bien y llena en 4 días y que me han dejado entrar un poco en su corazón."
Esta joven nos cuenta, con profundo agradecimiento por la experiencia vivida, que "me he encontrado pensando en qué es Dios para mí y no he tenido miedo a asimilar la respuesta. Me he dado cuenta de todo el amor que hay dentro de las personas y, dejadme que os diga una cosa: sentidlo al máximo, sedlo al máximo y compartidlo al máximo, porque al fin y al cabo es una de las cosas que más vivos y humanos nos va a hacer sentir."
Por su parte, Pau, un joven universitario, asegura que "una pascua vivida intensamente no te deja nunca indiferente. Se mete en lo más profundo de tu ser y te revuelve todo por dentro, en el mejor sentido de la palabra. Y todo esto se acrecienta si, además de vivir la pascua en tu comunidad, la vives rodeado de presos." Este es el testimonio que ha compartido:
"«Busquemos, pues, como si hubiéramos de encontrar, y encontremos con el afán de seguir buscando». Así pues, desde hace ya varios años me he ido dejando llevar por distintas experiencias que me proponían desde la pastoral de mi colegio. Probablemente, por ese afán de buscar. Sea como sea, los caminos que he tomado me han llevado hasta el centro penitenciario de Picassent; o, mejor dicho: me han llevado hasta Dios. Vivir la pasión de cristo en prisión (en especial el vía crucis) te hace comprender de qué hablaba ese cura en sus misas. Incluso te hace llegar a comprender qué es la iglesia cuando ves a un grupo de personas pasando la pascua con los más olvidados de nuestra sociedad. Y si, la gente que allí encuentras ha cometido errores, como tú y como yo; y de la misma manera también son personas humanas, como nosotros. A muchos de ellos la fe es lo único que les aleja del suicidio, porque no es nada fácil sentirse persona ahí dentro. La mayoría de las dinámicas internas de la cárcel te llevan justo hacia la dirección opuesta. Como dijo un amigo mío: “la cárcel es una fábrica de las personas que van a poblarla”. Pero, sobre todo, a poco que te fijes, te das cuenta de que la cárcel es un sitio de pobres.
Pasar los días de pascua con los presos ha sido una oportunidad única por la que me siento muy agradecido. Todos y cada uno de ellos me han enseñado mucho más de lo que imaginé. Por eso, me gustaría acabar este testimonio recomendando a todos que pudieran tener esta experiencia. Y si, es una experiencia dura e impactante, pero también preciosa. Del mismo modo, si alguien quiere seguir buscando a Jesús; que empiece por las prisiones, por los centros de menores, por los hogares de acogida y por cualquier sitio en el que haya gente buena regalando su tiempo y su amor a aquellos que no tienen absolutamente nada, porque es ahí donde encontramos a nuestro Dios."