Publicado: Jueves, 06 Junio 2019

Puertas que cruzaron Jesús y las mujeres

El pasado 5 de junio se llevó a cabo la tercera sesión del ciclo de conferencias “Mujer e Iglesia” con el que el Centro Loyola de Canarias quería elevar su voz para reconocer, con profundo agradecimiento, el invaluable aporte de la mujer a la sociedad en general y a la Iglesia en particular. Después de Junkal Guevara y María Luisa Berzosa - quien estrenaba su nombramiento pontificio como Consultora de la Secretaría Permanente del Sínodo de los Obispos-, hemos tenido el gusto de contar con la presencia de Mariola López Villanueva, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús.

El título de su comunicación no podía ser más sugerente: “Puertas que cruzaron Jesús y las mujeres”. Toda una invitación a adentrarnos en los múltiples encuentros de Jesús con las mujeres de su época para ser testigos de todos los aprendizajes que para ellas y Él significaban. La mirada de Jesús, incluso su forma de nombrar al Padre no va a ser igual después de los encuentros con las mujeres pues en lo más hondo de su corazón se ha incorporado la dimensión femenina de la vida.

Seis puertas que cruzaron Jesús y las mujeres…

La corporalidad y el contacto. El cuerpo de la mujer, un lugar de Dios, pero muchas veces marginado y etiquetado como “contaminado”. Pero, para Jesús, no es marginal, lo acoge y se deja tocar hasta el punto de ser ungido por una mujer. El encuentro con la hemorroísa es un icono de esta puerta, ella, que es apartada y considerada intocable, al tocar el cuerpo de Jesús queda sanada y recobra la confianza para abrazar la vida.

Receptividad y donación. Solemos contemplar a Jesús dándose, sin embargo, no son pocas las ocasiones en que lo vemos recibiendo y acogiendo la enseñanza y el cariño de los demás. En el movimiento de acoger y recibir se va tejiendo la vida de ahí que sea tan importante ensanchar el recipiente de la vida para acoger el don de Dios a través de los otros y las otras. Dos iconos de esta puerta: la sirofenicia y el óbolo de la viuda que no da de los que le sobra sino de lo que le hace falta para vivir con dignidad. Es la puerta a la magnanimidad del Dios y al abandono en la Providencia.

Amistad y agradecimiento. Marta y María. De estas dos mujeres Jesús recibe afecto y calidez y, con ellas, comparte la vulnerabilidad, los tres lloran por la muerte de Lázaro el hermano y el amigo. El agradecimiento, una actitud tan escondida en el mundo de la eficacia es una fuente inagotable de humanización.

Queda una séptima puerta, la que cada uno tiene que cruzar para incorporar, como lo hiciera Jesús, la dimensión femenina de la vida.

La jornada terminó con una breve presentación del último libro de Mariola López: Madeleine Delbrêl – Una mística de la proximidad”. (Sal Terrae, 2019).

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