Encuentro de la Comunidad apostólica del Centro Pignatelli
El pasado sábado 29 de mayo, tuvo lugar en la casa de ejercicios de la Quinta Julieta un encuentro de la comunidad apostólica del Centro Pignatelli. Más de treinta personas acudieron a esta cita en que hubo espacios de oración y reflexión personal, trabajo en grupo y puesta en común. Gracias a los amplios espacios de la casa y de los jardines, la reunión pudo respetar las medidas sanitarias y satisfacer así el deseo compartido de organizar algún evento presencial.
A las diez de la mañana empezó el primer bloque del día con un tono más oracional. Aprovechando los materiales preparados con motivo del Año Ignaciano, Vicente Marcuello SJ presentó el encuentro y dio algunas pistas para la reflexión personal. En ella, los participantes estaban invitados a releer la propia historia en paralelo a la de San Ignacio para retomar tanto los cañonazos como los camilleros con que cada uno se ha ido topando. Después, hubo tiempo para compartir en pequeños grupos y volcar algunas de las conclusiones en un rollo de papel que sería comentado al final de la mañana.
El segundo bloque estuvo más enfocado hacia los objetivos estratégicos del Centro Pignatelli. El año pasado se estableció un cronograma de acciones dividido entre el curso que está concluyendo y el próximo. Las acciones programadas para este curso se han podido empezar a poner en marcha y ahora toca ver cómo materializar aquellas previstas a partir de septiembre. Los asistentes eligieron libremente una de las cinco acciones pendientes y en los grupos resultantes propusieron sus ideas. El tramo final de la mañana consistió en la puesta en común de los dos bloques en que se estructuró el encuentro.
Más allá del trabajo hecho, y del que queda por hacer, este encuentro de la comunidad apostólica supuso seguir dando aliento a una misión que quiere llevarse adelante con la colaboración de todos. Muchos terminamos con el deseo de ir repitiendo encuentros de este estilo para poder contrastar la misión y detectar hacia dónde seguir caminando. A fin de cuentas, el carácter propio del Centro está en manos de esta comunidad apostólica.