Publicado: Martes, 28 Diciembre 2021

Dos sobrinos de Luis García-Berlanga visitan la Iglesia Jesuitas Valencia

Fidel y María Teresa García-Berlanga Salas son dos de los sobrinos de Luis García-Berlanga Martí (Valencia, 12 de junio de 1921-Pozuelo de Alarcón, Madrid, 13 de noviembre de 2010), el afamado director de cine del que este 2021 hemos celebrado el centenario de su nacimiento. Con motivo de este Año Berlanga que acaba, la Iglesia Jesuitas Valencia decidió invitar a los familiares del cineasta a visitar la restauración del templo. Conseguir su complicidad fue relativamente sencillo, puesto que los cuatro hermanos García-Berlanga Martí (Fidel, José, Fernando y Luis) tienen un pasado como antiguos alumnos del Colegio San José-Jesuitas de Valencia.

También estudió con los Jesuitas el propio Fidel, hijo del hermano mayor del director, y al que se pudo localizar en la orla de 1974. Fue un emocionante momento observar la cara del invitado mientras revisaba las fotografías de los antiguos compañeros y compañeras de promoción.

Aprovechó Fidel para comentar algunas anécdotas con su hermana María Teresa, con Olga, la hija de esta última que les acompañaba, y con Ignacio Dinnbier, director del Centro Arrupe Valencia que ejerció como perfecto anfitrión.

La emoción se convirtió en sorpresa y admiración cuando nuestros invitados entraron en la Iglesia Jesuitas Valencia. “No recordaba que fuera tan grande”, señaló Fidel. Es una de las sensaciones que tienen todos los visitantes que conocen por primera vez el templo. Su hermana y su sobrina también se vieron fascinadas por la majestuosidad del edificio, pese a encontrarse en plena restauración.

Para explicarles de la mejor manera la intervención que se está llevado a cabo, se contó con la inestimable ayuda del arquitecto Xavier Laumain, responsable del proyecto. Junto a él repasaron las diferentes fases previstas en la recuperación, que actualmente ultima la colocación del pavimento tras la instalación de un suelo radiante.

Fidel tuvo especial interés en subir al coro, ya que durante su época como estudiante formó parte del grupo de cantores que amenizaban los actos religiosos en las celebraciones del Colegio San José. Recorrer de nuevo aquella angosta escalera de acceso a la parte superior de la iglesia evocó en el visitante un gran número de bonitos y emocionados recuerdos.

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