Comunicación para la convivencia
Polarización y crispación preocupan hoy en el ámbito público de las sociedades. La comunicación y sus poderosos medios ¿son una amenaza añadida o una oportunidad para la mejor convivencia? El Seminario de Investigación para la Paz cree clave esta cuestión en el marco de un análisis sobre las amenazas y oportunidades para la convivencia. La realidad parece ser verdad si y como aparece en los medios, que están llamados a ser mediadores a través de una información veraz, una opinión plural y una pedagogía que ayude a comprender. La paradoja es que cuando existen más posibilidades tecnológicas que nunca para la comunicación crecen peligrosas brechas y nichos de incomunicación que fracturan la convivencia.
El Seminario de Investigación para la Paz ha asumido este tema como central para 2022 y ha comenzado su estudio y debate. En el proyecto se incluyen en siete fines de semana: la comunicación como factor de convivencia; el peso tecnológico en la actual comunicación; la gestión de la comunicación en los medios y sus condicionantes; un chequeo a cómo hoy ayudan o dificultan la convivencia; los medios y la crisis de la democracia; la comunicación en contextos de conflictos y en procesos de paz.
Llamó la atención en la primera sesión la intervención lúcida y sugerente de la profesora Estrella Montolío, catedrática de Lingüística de la Universidad de Barcelona. Su tesis es que rehabilitar la comunicación en el espacio público exige como condición mejorar nuestras conversaciones cotidianas. Dedicó su esfuerzo a ensayar una alfabetización conversacional y mostró cómo la conversación es un ejemplo radical de colaboración humana. La calidad de la conversación está ligada a la felicidad personal y al éxito social colectivo. Así como hay alimentos tóxicos, comida basura, hay conversaciones basura, tóxicas para la salud de la convivencia. La conversación cotidiana funciona como una vacuna que protege de la pandemia de una convivencia patológica. Por eso la tecnología puede complementar la conversación pero nunca sustituir el encuentro cara a cara.
Después de una ponencia del profesor Emilio Martínez Navarro, de la Universidad de Murcia, esta vez sobre la comunicación en el espacio colectivo público, hubo tres horas para la profundización y debate.