
Individualmente: solo una gota. Transformadoras juntas: un océano
La Asociación Claver-SJM celebra el fin de curso de las actividades del programa Transformadoras, en colaboración con ECCA Social.
El 14 de junio las mujeres que participan en el programa de inserción sociolaboral de Claver-SJM celebraron el cierre de actividades del curso en el Centro Arrupe de Sevilla, momento de reconocimiento al esfuerzo realizado y de apoyo a los procesos migratorios en los primeros años en España.
El lema “Individualmente: solo una gota. Transformadoras juntas: un océano” expresa la fuerza que las mujeres encuentran en el apoyo mutuo y cómo ellas mismas son capaces de establecer redes de apoyo contando con un espacio de referencia en Claver-SJM.
Josep Buades SJ, director de la entidad, dirigió unas palabras de bienvenida y animó a proseguir con la formación profesional que posibilita una mayor inclusión en la sociedad. Sylvia Villalba, responsable de la línea mujer migrada y coordinadora del proyecto, agradeció la participación de todas las personas implicadas, la colaboración formativa de ECCA Social, el apoyo económico de la Fundación Yanduri y la participación de profesionales voluntarios que han colaborado en los diversos talleres formativos. María José Hidalgo, tutora de la formación en Atención a personas dependientes en instituciones, de ECCA Social reconoció el esfuerzo de todas las participantes que culminaron la formación que les permite iniciar el proceso de acreditación de competencias. Karen Eileen González Olivares, participante del proyecto, compartió el aprendizaje y experiencia logrado en sus prácticas no laborales, cómo incorporó sus conocimientos previos en arte y desarrolló experiencias con las personas mayores a través de la arteterapia.
Este programa de acompañamiento integral de mujeres migradas lleva cinco años de andadura, ha beneficiado a unas 600 mujeres, que han adquirido competencias específicas para los cuidados y atención a la dependencia mediante su cualificación profesional, que han perfilado sus proyectos de vida y han dado pasos en sus procesos de arraigo. La mayoría de las mujeres se encuentran aún en situación irregular, con familias a cargo y/o víctimas de múltiples violencias en sus países de origen. Todas se enfrentan al desafío de reestablecer sus proyectos de vida y reorientar perfiles profesionales. Los países de origen predominantes son Nicaragua, Honduras, Colombia, Venezuela y Perú, algunas de Marruecos, Togo y Nigeria.