Las clases no paran en Chad

Durante dos semanas del mes de junio, nuestro compañero Carlos Gómez-Vírseda (Charlie SJ) estuvo en el hospital jesuita Bon Samaritain en N’Djamena, capital del Chad.

Este proyecto nació hace más de 50 años con la intención de llevar salud a los más vulnerables de este país en el corazón de África. Al principio se trataba de un dispensario, luego un hospital, una red de centros de salud asociados… hasta que en 2007 se creó la primera facultad de medicina del Chad con el fin de formar a la población local y conseguir que el proyecto fuera sostenible a largo plazo con los propios sanitarios chadianos. Hace 10 años, Charlie SJ hizo allí su magisterio y desde entonces imparte clases en la pequeña y orgullosa facultad. 

Al entrar en la sala, los alumnos se ponen de pie y saludan a una: Bonjour, père Carlos. La clase comienza bajo un techo de uralita, a más de 40 grados, tres alumnos por banco, tomando notas en cuadernos escolares. Eso sí, sus ganas de aprender vencen cualquier dificultad y los alumnos del Buen Samaritano son conocidos en el país por haber recibido una formación de calidad, adaptada al contexto local y especialmente sensible a las enfermedades que golpean esta región, fundamentalmente malaria, tuberculosis y sida.

Un proyecto precioso con el que España tiene una relación especial gracias a las distintas ayudas que se han gestionado a través de los años.