Publicado: Miércoles, 17 Abril 2024

El poder de las segundas oportunidades: “La dignidad de las personas no se pierde por cometer errores”

La Asociación para la Mediación, el Encuentro y la Escucha (AMEE) visitó el colegio La Merced y San Francisco Javier de Burgos para dar voz a uno de sus proyectos de Justicia Restaurativa.

El alumnado de 4º de ESO del colegio jesuitas de Burgos La Merced recibió hace unos días a dos presos de la cárcel burgalesa para escuchar y dialogar en torno a sus complejas historias de vida. Los dos participan del programa de Justicia Restaurativa que desarrolla la Asociación para la Mediación, el Encuentro y la Escucha (AMEE) y su testimonio forma parte de un proceso de reparación con un horizonte: reparar en la medida de lo posible el daño causado.

Escuchar el testimonio de quienes en la actualidad cumplen condena en la cárcel de Burgos impactó a los casi 80 alumnos de 4º de ESO. Para ellos se trataba de una jornada de sensibilización y escucha empática, pero el acto se convirtió en algo más gracias a la generosidad de los dos ponentes: Diego y José María.

Los dos contaron sus historias abiertamente ante la atenta mirada de un grupo de adolescentes que hicieron muchas preguntas. Sus respuestas, dolorosas unas veces y esperanzadoras otras, se convirtieron en una oportunidad para la reflexión sobre las consecuencias de nuestros actos, sobre los factores que conducen a la delincuencia, las adicciones y la vida en prisión.

Dos testimonios que invitaron a ponerse en el lugar del otro para explicar que las segundas oportunidades pueden ser posibles. Y es que, tal y como afirmaba uno de los invitados, “la dignidad de las personas no se pierde por cometer errores”. Menos aún si se trabaja por repararlos.

Para ello, AMEE colabora con víctimas y victimarios y contribuir por un mundo más integrador y comprometido. Al fomentar procesos de Justicia Restaurativa como este encuentro en el colegio La Merced, ofrece ayuda para la reinserción de las personas que cumplen condena.

Conocer de cerca la labor de la asociación es, en realidad, una necesidad que traspasa lo educativo, es más bien una urgencia social, pues no todas las personas que cumplen condena alcanzan la misma suerte una vez salen del centro penitenciario. No siempre es fácil pedir ayuda: el estigma, la falta de oportunidades o el miedo al que se han de enfrentar dificulta considerablemente la integración.

La jornada finalizó con una invitación a los alumnos y alumnas de La Merced a participar en asociaciones como AMEE: “Tener un contacto más cercano con la realidad que nos rodea es una buena forma de mejorarla”.

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