Publicado: Jueves, 19 Junio 2025

Evaluar, agradecer y abrir caminos

El pasado viernes 13 de junio, cuarenta personas vinculadas a la Plataforma Apostólica de Loyola nos reunimos en la Universidad de Deusto (Campus de Bilbao) para celebrar el Consejo Ampliado de final de curso, una jornada significativa en la que se entrecruzaron la evaluación del camino recorrido, la acogida del nuevo Proyecto Apostólico de Provincia (PAP 2025–2030) y una apertura confiada al futuro.

La reunión comenzó con unas palabras de bienvenida del delegado de la Plataforma, quien subrayó el momento especial que vivimos como cuerpo apostólico: una etapa de transición que no es mera continuidad, sino una llamada a repensar estructuras, prioridades y formas de vivir la misión, en fidelidad creativa a la espiritualidad ignaciana.

En el marco del nuevo PAP, que está en proceso de aprobación por el P. General, se nos invita a colaborar activamente en la evangelización desde la experiencia de la reconciliación en todas sus dimensiones: con Dios, con uno mismo, con los demás y con la creación. Esta misión se concreta en una presencia encarnada en las fracturas del mundo, desde una amistad social y una sinodalidad vividas con hondura.

Durante la jornada, se compartieron ecos de la Asamblea de Provincia, conectando así el trabajo realizado a nivel provincial con el proceso local de la Plataforma. El núcleo del encuentro fue la evaluación de los proyectos intersectoriales desarrollados en los últimos años: se reconocieron logros importantes como el fortalecimiento de Magis, el proyecto Eco-Loiola o las iniciativas de Hospitalidad, junto con la necesidad de simplificar estructuras, evitar la sobrecarga de tareas sobre las mismas personas, y favorecer una colaboración más fluida, natural y transversal entre comunidades y obras.

En la puesta en común de los grupos, emergieron cinco prioridades clave para el futuro de la Plataforma:

  1. Promover comunidades de misión, no solo de actividad, donde se comparta vida, espiritualidad y sentido.
  2. Impulsar la espiritualidad y la transmisión de la fe, especialmente hacia los alejados y desde lenguajes renovados.
  3. Consolidar una intersectorialidad real, que brote de la vida ordinaria y no se imponga como carga añadida.
  4. Vivir la hospitalidad como cultura transversal, más allá de acciones puntuales.
  5. Cuidar la Casa Común, como expresión concreta del compromiso con la reconciliación y la justicia socioambiental.

Además, se identificaron condiciones necesarias para hacer posible este camino: revisión y simplificación de estructurasformación y acompañamientorelevos generacionalescomunicación clara y una mayor gratitud y reconocimiento de lo ya recorrido.

La jornada concluyó con la propuesta de calendario para el curso 2025–2026 y una evaluación final del encuentro. Quedó patente el deseo de avanzar con esperanza, conscientes de que esta etapa no es solo un cierre, sino una interrupción fértil: una pausa para discernir con honestidad, agradecer con profundidad y abrirnos con audacia a lo nuevo que el Espíritu quiere suscitar.

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