Huelva, San Francisco Javier y la cuarta opción apostólica

Esperamos que el título de esta reseña te resulte sugerente. ¿Qué tiene que ver la cuarta opción del recién presentado Proyecto Apostólico de la Provincia de España con la celebración de San Francisco Javier?

Para empezar, comentarte que la imagen del colectivo que ilustra esta reseña se tomó al finalizar la misa de San Francisco que, como viene siendo habitual, organiza la Asociación de acompañamiento de Ejercicios de San Ignacio ACHEESIL y la Fraternidad de Familias FíO, que organizaba, además, una recogida de alimentos para el comedor social Virgen de la Cinta.

Esta celebración, como la de San Ignacio en verano, sirve además de punto de encuentro para todas aquellas personas y grupos cuya identidad y labor pastoral surgen desde la espiritualidad ignaciana.

¿Y la vinculación de este evento con la cuarta opción? Citémosla:

Discernir con realismo nuestras presencias, estructuras y medios apostólicos, con libertad y apertura a la novedad de Dios.

Desde nuestra experiencia, pensamos que Huelva es hoy una realidad en la que la Compañía se verá en pocos años.

• Para empezar porque, sin presencia de jesuitas, es posible mantener la misión si, como se ha hecho en Huelva, se facilitan los medios. En este sentido, en Huelva ha sido fundamental que el Centro Javier (CJ21) haya subsistido como centro pastoral y que la Iglesia de San Francisco Javier, aledaña al Centro, se siga usando preferentemente para celebraciones y propuestas pastorales ignacianas, aún habiendo sido cedida a la diócesis.
• Además, por el trabajo de extensión de la red pastoral ignaciana que actualmente realiza ACHEESIL, que está haciendo presente en la diócesis las propuestas de la Plataforma Apostólica y de las herramientas generadas desde CVX España.

También porque, por otro lado, estamos “reimaginando la misión” a través de pequeñas acciones, como reencontrarnos con las personas que han formado parte a lo largo de los años de las distintas etapas de la presencia Jesuita en Huelva; o como difundir con constancia la oferta permanente de acompañamiento de Ejercicios de San Ignacio; o como la organización de iniciativas del tipo de Orar en su Compañía, y otras actividades, en las que se perfila el carisma ignaciano mediante la participación en la experiencia de quienes se acercan.

• Y no podemos olvidar la presencia en los “focos de misión” que hemos de mantener a toda costa, como la obra del Comedor Social Virgen de la Cinta. Quienes nos sentimos conectados al carisma ignaciano juzgamos que es preferente seguir apoyando la iniciativa de la Compañía de mantenerlo activo y en funcionamiento, prestando un servicio insustituible en la sociedad onubense.

Por último, si volvemos a mirar la “foto de familia” tomada al final de la celebración de San Francisco Javier, vemos que muchas de las personas que aparecen en ella están integradas en la estructura de la diócesis, comprometidas en cargos significativos (Delegación de Laicos, Lectura Creyente de la Palabra,…), colaborando con la liturgia de la iglesia, ofreciendo un grupo para “todo tipo” de familias que optan por vivir su fe de forma más activa, u ofreciendo acompañamiento en un proceso tan transformador como es para muchos la experiencia de los Ejercicios de San Ignacio.

Por todo ello, finalmente, damos gracias, porque creemos que nuestra presencia pastoral como “familia ignaciana” de Huelva nace del compromiso con nuestra propia libertad y la de aquellos a quienes servimos, mediante los medios que se nos han dado y debemos optimizar, para dar así respuesta, desde el discernimiento personal y la deliberación comunitaria de nuestros colectivos, a la novedad de la Palabra de Dios encarnada en nuestra realidad más cercana, que no entenderemos sino desde la apertura de nuestro corazón a la voluntad de Dios, que nos habla desde el “principio y fundamento”.