Publicado: Martes, 28 Agosto 2018

Apertas 2018: Siendo acogida desde los Abrazos

Un año más han finalizado los cuatro campos de trabajo de acogida a peregrinos en Santiago de Compostela. Y un año más todos los que han participado se sienten muy agradecidos por la experiencia vivida y compartida. Viviendo la novedad de ser alojados todos los voluntarios en la comunidad de los jesuitas, compartiendo en todo momento la vida con los tres jesuitas que viven en Santiago y con mucho agradecimiento por las facilidades logísticas y de disponibilidad por parte de la dirección del Colegio Mayor.

Han sido cuatro turnos de universitarios variopintos y diferentes en número, edad, misión, pero en todos, la palabra Acogida y la expresión de esa palabra simbolizada en los abrazos (Apertas) han sido lo más significativo. Sin olvidar que, gracias a ellos, ha sido posible acoger a más de 2000 peregrinos.

La experiencia empezó la segunda quincena de junio acogiendo a los primeros grupos, entre ellos el Camino de Santiago Mag+s, junto con otros grupos de Boston College, Colegio del Recuerdo y otros peregrinos individuales. Apenas un grupo de 3 jesuitas y algún prenovicio impulsaron un año más este sueño.

El segundo turno, formado por 20 voluntarios fue especialmente entregado y disponible en el servicio de acogida a más de 12 colegios e instituciones de la Compañía de Jesús y de Congregaciones religiosas femeninas de espiritualidad Ignaciana, así como al servicio del comedor del Congreso de Innovación de los Colegios de EDUCSI de la zona centro norte.

Muchos amaneceres llenos de ilusión por los grupos a los que recibir a las puertas de la ciudad, muchas conversaciones con peregrinos extranjeros que buscaban un poco de conversación,…mucho servicio y acogida a los colegios de EDUCSI de España. Todo ello a la par que se ayudaba en la Oficina del Peregrino y en la Cocina Económica de las Hijas de la Caridad.

En el tercer y cuarto turno, con quince voluntarios cada uno, se vivió más a fondo y con más trabajo, la colaboración con la oficina del Peregrino, puesto que el número de peregrinos se vio incrementado. A la par, fue ocasión sosegada para formarse por las tardes a la luz de la espiritualidad ignaciana, con calma y con reposo.

Cada turno de voluntarios universitarios tiene su idiosincrasia, pero en todos hay varios factores que se van repitiendo en los universitarios: la sed de Dios como motor de sus vidas, el deseo de aprender a acoger y de formarse en las herramientas ignacianas que también les ayuden a acoger nuestra propia vida, y la experiencia de una comunidad temporal que es puro regalo y que se convierte en familia…por eso la familia Apertas sigue creciendo…y ya vamos por más de 70 voluntarios en estos 4 años.

Con el deseo de hacer de la acogida una buena compañera de viaje para nuestra vida cotidiana.

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