Publicado: Jueves, 21 Febrero 2019

INEA fomenta hábitos respetuosos con el medio ambiente

Quizás la más sorprendente de las cuatro prioridades apostólicas que acaba de presentar la curia de la Compañía de Jesús es la que tiene que ver con el cuidado de la casa común. Sorprendente, no porque la ecología no sea una preocupación global; sino porque es la primera vez que esta cuestión se plantea como prioridad para los jesuitas en todo el mundo.

Dicho cuidado tiene muchas vertientes: investigación, educación, sensibilidad, cambio en las prácticas de consumo, economía y sostenibilidad... En nuestra la Provincia de España de la Compañía de Jesús, la escuela de ingenieros agrónomos INEA, adscrita desde este año a la Universidad de Comillas y ubicada en la PAL Valladolid, es uno de los focos en esta preocupación ecológica, con una vertiente académica y otra más social.

Ejemplo de la concreción de dicha preocupación es una iniciativa de promoción del consumo de agua del grifo para evitar el uso de botellas de plástico, que se está llevando a cabo junto al Ayuntamiento de Valladolid, a través de AQUAVALL, la entidad gestora del ciclo del agua en este municipio.

Con el lema “Rellena, manda un mensaje con tu botella” esta colaboración tiene quiere fomentar hábitos más respetuosos con el medio ambiente. Ambas instituciones estrechan el trabajo conjunto, favoreciendo el apoyo mutuo y la difusión de hábitos que cambien el mundo. 

INEA promocionará la utilización de botellas recargables y el consumo del agua de grifo. La sensibilización ya se ha iniciado en centros escolares, en los huertos ecológicos y urbanos de Valladolid, en la Granja Escuela Las Cortas de Blas. Con el apoyo de Entreculturas se llegará a muchos escolares en este proceso de sensibilización a través de diversos materiales y actividades, que estarán a disposición de cualquier entidad que desee adherirse a la campaña, ya sea en Valladolid o en otras ciudades. 

Para Félix Revilla, director de INEA, las empresas envasadoras de agua y refrescos ponen el acento en el reciclaje, lo que es su obligación, cuando en realidad debería estar prohibido el uso de envases de plástico de un sólo uso, de los que se fabrican dos millones por minuto en el mundo, envenenando el planeta. “Ante este sadismo ambiental, los ciudadanos tenemos que reaccionar negando esta realidad con un consumo responsable, hasta que llegue el día en que la Unión Europea y los demás países se atrevan a legislar contra este uso indiscriminado de envases de plástico promovido por un lobby de envasadores”.

 

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