
Un proyecto apostólico que nos invita a la conversión en nuestras vidas y comunidades
El viernes comenzaron las jornadas de trabajo de la Asamblea de Provincia que se celebra en Loyola hasta el domingo, con el nuevo Proyecto de la Provincia de España como tema central.
El P. Provincial, Antonio España SJ, se refirió en su discurso inicial al contexto en el que se sitúa este nuevo impulso. Un contexto que en lo social, político y económico está caracterizado por la crispación y la polarización, y que requiere de nosotros esfuerzo, reflexión y oración. En la Iglesia, por otro lado, se trata de un contexto de reajuste, «hacia una Iglesia donde se han de conjuntar más fuertemente las diversas vocaciones y ministerios». El provincial aludió también a las preferencias apostólicas universales, al necesario redimensionamiento de las presencias de la Compañía para no perder la riqueza que suponen, así como al proceso de clarificación del pasado en relación con los abusos: un proceso «necesario y doloroso», pero que se aborda con la confianza de que «finalmente será sanador y reconciliador». Sobre el proyecto apostólico, destacó que nos coloca frente a tres retos importantes: la necesidad de una conversión personal y comunitaria; la responsabilidad de construir un cuerpo apostólico libre, disponible, generoso y audaz; y el reto de responder a una misión que compartimos y a la que nos llama Dios.
Fue el delegado del sector social, Luis Arancibia, el encargado de presentar el proceso que ha dado lugar a la redacción del Proyecto Apostólico —comisiones, revisiones, discernimiento, enmiendas, ajustes, alineación con las preferencias apostólicas universales…—, y señaló cuatro claves para su lectura: (1) El proyecto es fruto de un discernimiento que no termina, y ha de entenderse como invitación a ahondar nuestra experiencia espiritual; (2) requiere apertura y confianza para acoger a Jesús, que se hace presente en la debilidad, desde la convicción de que las fuerzas que nos impulsan no son solo las nuestras; (3) somos invitados a acoger e impulsar la novedad que encontramos en el Proyecto Apostólico: colaboraciones más audaces, fórmulas nuevas como las comunidades apostólicas, temas y desafíos diferentes…; (4) por último, en todo ello, hemos de hacernos presentes con humildad, siguiendo la intuición del Papa, que nos invita a «generar procesos, más que dominar espacios».
La Asamblea de Provincia aborda cada día uno de los tres grandes temas que tratan las opciones fundamentales del Proyecto Apostólico: opciones sobre la identidad y la vida comunitaria; opciones sobre la misión; y opciones sobre el modo de proceder. El trabajo sobre el primero de los temas, arrancó con una mesa redonda en la que Doli, Nacho y Cipri nos hablaron del cuidado de la profundidad en diversas áreas de la vida. A nivel personal, hemos de estar «muy pegados a nuestro Señor» en todas las circunstancias, contemplando el amor de Dios en todas ellas. En la vida comunitaria, somos invitados a vivir en permanente conversión, asumiendo la comunidad como utopía que «es siempre proceso», y por tanto incompleto, pero desde el empeño diario por cuidar todas sus dimensiones. Las «comunidades de misión» en las obras, por último, se presentan como un reto apasionante, pero que no puede abordarse a la ligera, porque la credibilidad de la apuesta depende en gran medida de la coherencia en aspectos «seculares» de nuestra forma de funcionar en las instituciones.
Por la tarde se trabajó por grupos, que permitieron conocer testimonios sobre experiencias concretas: proyectos sociales, comunidades apostólicas, el discernimiento en obras, la educación y la ecología, la reconciliación, el trabajo con jóvenes, en comunidades de laicos… y así hasta diecisiete casos, algunos clásicos y otros más novedosos, que nos ofrecieron experiencias de renovación hacia estilos personales y comunitarios que buscan responder a los signos de los tiempos.
Tras ello, tocó hablar de un tema que nos desgarra a todos en lo más profundo y al que había aludido ya el provincial en su primera intervención. El delegado de Educación de la Provincia, Antonio Allende SJ, presentó ante la asamblea el trabajo que se está realizando para el desarrollo de la cultura de la salvaguarda, protección y acompañamiento de las personas vulnerables, especialmente de los menores. Allende habló de manera franca sobre los abusos sexuales, «un problema estructural» en la Iglesia, y, entre las razones para responder resueltamente a él, enfatizó que nosotros seremos «la generación que pudimos enfrentarnos a ello». A continuación describió en detalle el enfoque que la Compañía está aplicando, que la está llevando a tomar medidas tanto en prevención como en intervención, en un proceso de aprendizaje en el que las víctimas son la prioridad absoluta.
Tras recoger todo lo vivido en la jornada, se pusieron en común las mociones y llamadas que se habían sentido, en encuentros distribuidos según plataformas locales. Todo ello lo ofrecimos a Dios al final del día en la Eucaristía, celebrada en la Basílica y presidida por el rector del Santuario, Ignacio Echarte SJ. Una emocionante velada musical a cargo del proyecto Mundosí puso fin al día cantando a la ternura, al compromiso, a la esperanza, a la vida.