
Nador: la Iglesia alemana nos visita
El 11 y 12 de marzo nuestra pequeña comunidad católica recibió una visita muy especial: la de Stefan Heße, arzobispo de Hamburgo, quien, como presidente de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Alemana y representante especial para los problemas de los refugiados, realizó un viaje de varios días por Marruecos, en el curso del cual quiso expresamente conocer de primera mano la situación de los migrantes en Nador y Melilla.
Lo acompañaban en este periplo tres colaboradores: Ulrich Pöner, director del Departamento de Asuntos Eclesiásticos Internacionales y Migraciones; Kerstin Düsch, de la Oficina Católica de Enlace de Berlín; y Sanaz Khoilar, de la Secretaría General de la Conferencia Episcopal.
El miércoles por la tarde, tras su llegada a Nador, participaron en un coloquio con migrantes de diversos países subsaharianos. Fue un tiempo de escucha y diálogo, en el que nuestros visitantes pudieron acoger el testimonio de estos hombres y mujeres sobre su experiencia migratoria y su situación actual, con sus dificultades y esperanzas. Al encuentro, que concluyó con una breve oración interreligiosa, siguió una agradable cena y sobremesa con las tres comunidades religiosas de Nador (jesuitas, Hijas de la Caridad y Esclavas de la Inmaculada Niña), en la casa de estas últimas, quienes ofrecieron también posada a los forasteros.
A la mañana siguiente compartimos la eucaristía, presidida por el arzobispo y el desayuno. Después Oñez Ayuso, directora de la Delegación de Migraciones (zona Nador), presentó a nuestros huéspedes la labor que esta realiza al servicio de los migrantes y que se financia en una parte importante gracias a la ayuda de Misereor, la obra de la Iglesia católica alemana para la cooperación al desarrollo. También Safae Azou, directora del Baraka, expuso el trabajo que se lleva a cabo en este centro formativo.
El resto de la jornada estuvo dedicado a Melilla: tras cruzar la frontera a pie, acompañamos a Stefan y su equipo en la visita al CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes), donde están alojadas unas 1600 personas en primera acogida, y luego en el encuentro con miembros de asociaciones que trabajan en favor de los migrantes y en defensa de los derechos humanos (Servicio Jesuita a Migrantes, Prodein, Geum Dodou).
El final de la estancia de Stefan, Ulrich, Kerstin y Sanaz sufrió un cambio inesperado, pues tuvieron que acortar el programa previsto debido, cómo no, a la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus. Al regresar a Nador la tarde del jueves 12 nos enteramos de que la frontera se cerraría a primera hora de la mañana siguiente, de modo que se vieron obligados a recoger sus cosas y cruzar de nuevo a Melilla para pernoctar allí en un hotel y asegurarse así de poder tomar el vuelo de regreso a Europa.
Pese a este contratiempo de última hora, creemos que nuestros huéspedes cumplieron con creces el objetivo de su visita. Ellos expresaron su satisfacción y su gratitud por la calurosa acogida y por todo lo que pudieron ver y escuchar durante el día y medio que pasaron en la frontera sur. Y nosotros también agradecemos profundamente este signo de comunión y de solidaridad eclesial por parte de nuestros hermanos alemanes.