Ejercicios y Laudato Sií

Una de las Preferencias Apostólicas Universales es la colaboración en el cuidado de la casa común. La preocupación ecológica no es una cuestión secundaria, sino una dimensión de la espiritualidad que ha de ayudarnos a comprender el mundo, la misión y la justicia que nace de la fe. Tiene todo el sentido vincular espiritualidad y ecología. Justo eso es lo que se intenta hacer en los ejercicios basados en la Laudato Sii. Por tercer año consecutivo, ha tenido lugar en Celorio -entre el 24 y el 30 de julio- una tanda de 6 días dedicada a tender puentes entre los ejercicios y la encíclica de Francisco dedicada al cuidado de la casa común.

Dirigida por José Ignacio García Jiménez y Félix Revilla, en esta ocasión fueron 16 los ejercitantes que durante una semana pudieron rezar, celebrar y leer tratando de profundizar en las intuiciones ecológicas que nos hablan del presente y el futuro del mundo en que vivimos. La tanda es muy rica por la diversidad de gentes de la provincia que participan. En esta ocasión eran 4 jesuitas, una religiosa esclava del Sagrado Corazón. Y entre los laicos y laicas, gente de CVX de Sevilla, la parroquia del Milagro de Salamanca, el Grupo de Comunicación Loyola (Bilbao y Madrid), profesores y trabajadores de las escuelas San José de Valencia, el Recuerdo de Madrid y la Escuela Virgen de Guadalupe de Badajoz. También miembros de la PAL de Valladolid. Esa riqueza de gente y motivaciones ayuda mucho a la hora de compartir intuiciones, preocupación y sensibilidades.