
De los retos ecológicos globales a los del corazón
En el Día de la Madre Tierra (22 de abril) los participantes de la #AsambleaProvinciaSJ se han metido de lleno en la materia: Cuidar la Casa común. Y lo han hecho en primer lugar desde el punto en que partimos como provincia, en segundo lugar en el contexto del mundo global y finalmente desde el ámbito personal, pasando todo lo vivido por el corazón y los sentidos.
Tras la oración inicial, el Provincial dirigía una bienvenida a los presentes y a la vez realizaba una memoria agradecida de tantas personas que durante la pandemia se han ido a la presencia de Dios. Un tiempo, decía, en que “nos hemos dado cuenta de nuestras limitaciones” y fragilidad, pero en el que también han nacido muchas iniciativas creativas en los distintos sectores de la provincia.
“De las cuatro preferencias apostólicas -explicaba Antonio España - hemos decidido trabajar la cuarta, pues es en la que nos sentimos con menos preparación y en la que tenemos mayor necesidad de apropiación”. Si bien es una materia en la que la Compañía ya tiene un recorrido, del cual realizó una síntesis: desde la CG34 (d.20), el documento “Vivimos en un mundo roto” impulsado por el P. Kolvenbach, el d.3 de la CG35 en el que se introducía la necesidad de trabajar por la reconciliación con Dios, con los demás y con la creación; la creación del Secretariado de Justicia Social y la Ecología (documento “Sanar un mundo herido”) hasta la última CG36 que ha confirmado la llamada (d. 3, nn. 29-30) y la ha situado en relación con la pobreza, la exclusión social y la marginación y finalmente la inclusión del cuidado de la casa común en las PAU (2019).
Explicó Antonio España cómo interconectar esta cuarta preferencia con las otras tres. Entre otras cosas, con la PAU 1 (Mostrar el camino hacia Dios), porque cuidar la casa común es una “invitación a un proceso de conversión espiritual”; con la PAU 2 (Caminar con los pobres y excluidos) al ser las heridas de la creación y las sociales reflejo de una misma crisis, y con la PAU 3 (Acompañar a los jóvenes) ya que “ellos presentan una sensibilidad y creatividad particular en torno a este reto de la ecología que hemos de aprovechar”.
En su intervención Antonio España ha dado gracias por el camino recorrido en la provincia y por las iniciativas y experiencias emprendidas. Y, con el fin de avanzar más, anunció varias medidas que se van a poner en marcha. El primer lugar, el nombramiento de un responsable provincial del cuidado de la casa común, en la persona de José Ignacio García Jiménez SJ, junto con la puesta en marcha de un equipo del que dependerán tres grupos de trabajo que se encargarán de poner en marcha iniciativas en tres ámbitos preferentes: espiritualidad y estilos de vida, instituciones socio ambientalmente responsables (en conexión con el equipo de buen gobierno de las obras) y formación de jóvenes. También espera el provincial que desde las PA y los sectores se sigan poniendo en marcha propuestas concretas.
Retos globales
El coordinador del encuentro, Luis Arancibia, resumió los avances de la provincia en los últimos años, como el crecimiento en la sensibilización a nivel personal, comunitario e institucional, si bien afirmó que “estamos lejos de un proceso de conversión”. Analizó también las principales resistencias y miedos que nos paralizan para avanzar en este campo y las esperanzas y motivaciones, como la implicación de los jóvenes, la vinculación con la justicia social o la presencia novedosa de la iglesia en este ámbito, entre otras.
Desde esta realidad provincial, Jaime Tatay sj, en su ponencia “La realidad de los retos ecológicos de nuestro mundo” nos aportó el contexto global en el que se enmarca este cuidado de la casa común, desde 6 consensos: su complejidad, interconexión, incertidumbre, dificultad, urgencia e interdisciplinariedad. Desde su punto de vista, “en esta gran mesa de la sostenibilidad, nos encontramos que cada uno entramos desde un ámbito: educativo, científico, desde el activismo, desde la política… y se encuentra en esa gran mesa con gente que habla en lenguajes e intereses distintos”, pero necesitamos a todos ellos, además de a la reflexión ética y filosófica y la implicación de las tradiciones religiosas.
Hizo plantearse a los presentes las diferentes posturas y reacciones de la gente al hablar de esta materia; desde la negaciacionista, la de la incertidumbre, la de “es importante pero hay cosas más urgentes”, la de “es clave, pero que lo resuelvan otros” y las narrativas del colapso. Invitó a no caer ni el catastrofismo ni en el escepticismo y a mantener la esperanza. Además, expuso los 9 grandes indicadores que señala la comunidad científica como preocupantes para el futuro del planeta y destacó algunos que nos pueden ser más desconocidos como: la pérdida de la biodiversidad o la nitrificación de los acuíferos, deltas de los ríos y aguas fluviales. Por último, Tatay sintetizó desde una perspectiva histórica cómo se han ido abordando los problemas socioambientales hasta llegar a la presente pandemia.
Una tarde para lo vivencial
Roberto Otero SJ y Almudena Egea propusieron una tarde más experiencial, de contacto con la madre Tierra en la que lo importante fue rezar, encontrarnos con Dios, con los demás, escuchar otras historias y evocar nuestra propia historia. En definitiva, acercarnos, conocer y dejarnos conmover.
Y para ello los presentes, divididos en 4 grupos, transitaron cuatro experiencias. Al aire libre, recorrieron un camino que a través de cinco paneles vehiculaba historias de personas, con el evangelio y la propia historia. Como la vida de Mandi, un inmigrante senegalés que salió huyendo de la miseria provocada por la degradación medioambiental y que hoy trabaja en una explotación agrícola de INEA; o las de Poli o Gerardo y Dionisia, que después de años de trabajo en el extranjero o en una finca ajena, han encontrado en el cuidado de un huerto ecológico la vocación que nos mejora como personas. Otra parada consistía en un itinerario contemplativo por los jardines del santuario, guiados por Félix Revilla. En una tercera, Pady Miranda (Casa Ana Leal, Valladolid) y Rubén Muñoz narraban a los presentes su experiencia en una granja escuela y cómo enseñar a los niños que con pequeños gestos se puede hacer mucho por la naturaleza. A continuación, por grupos pequeños, se compartían las pequeñas dinámicas e iniciativas que realizamos, a nivel personal, para una mejor gestión de los recursos y por tanto del consumo responsable. Por último, la casa del Hermano Gárate servía como recorrido contemplativo pensando en la ecología personal que estamos viviendo.
Los espacios por los que transitamos este día han estado revestidos por la recién inaugurada exposición de la Amazonía (Campaña de Alboan y Entreculturas) y una muestra de paneles de buenas prácticas en esta materia, en nuestra realidad provincial, de la que se encuentra más información en este enlace.
En la eucaristía, presidida en la basílica por Pedro García Vera, recogimos el día.
Y ya en la noche se propuso la visión de la película “Home” o seguir encontrándose relajadamente en los bares aledaños del santuario.
¡Puedes ver las fotos del encuentro en nuestro Flickr!
Además, el equipo organizador ha preparado este sitio web con materiales e información.