Intuir por dónde avanza la dinámica de conversión espiritual

En el tercer día de la Asamblea Provincial se nos invitó a seguir avanzando en el Cuidado de la Casa Común. Desde esa primera llamada del provincial al proceso de conversión, se nos lanzaba a captar y comprender por dónde va esa dinámica interna de cambio espiritual.

Para ello, al inicio de la mañana, José Ignacio García SJ, ahora coordinador de esta preferencia en la provincia pronunciaba la charla “La espiritualidad ignaciana y la ecología”. En ella señalaba 4 claves de nuestra espiritualidad que nos pueden ayudar en este reto ecológico y también dos riesgos de la misma. Habló el primer lugar del punto de partida del Principio y Fundamento, el somos creados (EE 23). El cómo volver a recuperarnos como criaturas es hoy, en momentos de postmodernidad muy importante, pues a lo largo de los siglos, hemos vivido primero un proceso de desarrollo de la autonomía de la persona, marcando distancia con su creador. Luego, hemos separado al hombre de la naturaleza al vivir mayoritariamente en ciudades y finalmente, hemos reemplazado a Dios. Para el ponente, la crisis ecológica “Nos pone en otro plano”, que nos dice que “la vida humana está interconectada”. Por eso cree José Ignacio García, que es fundamental como creyentes descubrir “esta conexión de sentido, que nace del amor, que nos mantiene vinculados y es una conexión de horizontes (nuestro destino está marcado por esta presencia y acción de Dios)”.

La segunda clave viene de reconocer la dinámica de la Encarnación (EE 101) como abrazo del mundo. Desde esta meditación se nos “ayuda a mirar la realidad para descubrir el dolor y poner una palabra de esperanza y de futuro” y es por tanto muy potente para la conversión ecología. “Necesitamos cambiar nuestra mirada” para empatizar con lo real, frágil y los sufrimientos, y ser capaces de comprometernos de un modo responsable. Es ver “la encarnación como descenso que reconoce que el mundo y la humanidad están habitados por la presencia de Dios” que ama al mundo herido, lo quiere salvar y nos lo confía.

La tercera clave que señalaba es que toda realidad se convierte en lugar de encuentro con el Señor. Desde la Contemplación para alcanzar amor, José Ignacio destacaba como fundamental conocer cómo Dios se está dando en cada realidad, trabajando en ella y por ello hemos de convencernos que a Dios le encontramos en nuestro quehacer diario. La cuarta clave nos enlaza desde esta mirada al mundo al compromiso ecológico. Necesitamos una aproximación integral para combatir la pobreza y simultáneamente cuidar la naturaleza. El  reto al que nos enfrentamos lo describe muy bien el Papa Francisco (LS 217): “Si se han incrementado los desiertos exteriores es porque los desiertos interiores se han extendido” y por tanto la crisis ecológica es una oportunidad para creer mejor.

También señaló el coordinador de esta preferencia dos riesgos de nuestra espiritualidad, el individualismo e interpretar el Principio y Fundamento como poder para utilizar las “otras cosas sobre la faz de la tierra” solo para nuestra propia utilidad. Acabó la charla con alguna herramienta clave como la práctica del discernimiento y animó a que el reto ecológico sea fuente de consolación y no de carga.

Experiencias consoladoras

Cuatro experiencias consoladoras en materia ecológica formaron parte de una mesa redonda al final de la mañana: el Proyecto “Laudato SEK” del colegio San Estanislado de Kotska (Málaga), la Campaña Tecnología Libre de conflicto de Alboan, el núcleo apostólico de Valladolid en torno a INEA y la empresa de economía social de la Fundación Manresa. Sus representantes, Alejandro López, Guillermo Otano, Félix Revilla SJ e Higinio Pi y Xavi Loza sj, respectivamente, nos explicaron sus proyectos que tildaron de posibles, necesarios y ejemplo de labor de grupo.

Para la mayoría de ellos, el vincular con lo emocional captó el corazón de la gente para los procesos de conversión e hizo funcionar los proyectos desde pequeñas iniciativas. Evaluaron también algunas dificultades o resistencias que encontraron en su entorno para ponerlas en marcha y algunas claves que pueden ser replicables para otras instituciones.

Por la tarde se trabajó por grupos en siete talleres temáticos organizados a partir de los ámbitos del Proyecto de Provincia. El punto de partida fueron los documentos salientes del encuentro de provincia on line del año pasado, para revisarlos, mejorarlos y aunar todas las ideas y creatividades que un encuentro como este genera. Los siete talleres se titulaban así: Sensibilidad del cuerpo apostólico y religioso de la Provincia; Espiritualidad y reflexión teológica; Instituciones socioambientalmente responsables; estilo de vida personal y comunitario; reflexión y análisis; sensibilización, movilización social e incidencia; y educación de jóvenes conscientes y comprometidos con el cuidado de la casa común.

El cierre del día, preparado por el núcleo de Valladolid, consistió en una vigilia para sentir y gustar internamente a través de la música, los silencios y las canciones que nos hablaron de este mundo roto, en el que somos invitados a cuidar y participar en la labor creadora del Señor, con el ejemplo de María, la gran cuidadora.

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