Publicado: Jueves, 25 Agosto 2022

Testimonios MAG+S: Los últimos serán los primeros

Hace casi dos años Tesa, voluntaria en Nador, escribía en su diario, después de atender a los supervivientes del naufragio de una patera que iba en dirección a la península: "Me doy cuenta de cuán importante es nuestra misión aquí, cuántas vidas conmocionadas hemos atendido hoy, trabajando todos a una. Ahora están en colchones durmiendo en la iglesia. Me he pasado por la tarde a verlos y ayudarles con la cena. Veo entre las mujeres a Karima, una de las mamás que tuvimos acogidas no hace mucho en la residencia tras dar a luz. Uno de los bebés muertos es el suyo. No tengo palabras para describir la expresión en la cara de esta mujer. Me acerco a darle las buenas noches a Moussa, que vuelve a «bendecirnos» por estar allí."

Los participantes en Servir+ en la frontera, que este año ha organizado MAG+S, hemos tenido la suerte de poder cruzar esa línea discontinua que aparece en los mapas y que separa la ciudad de Melilla de Marruecos para llegar a Nador. Allí nos han acogido con los brazos abiertos Trini, Mage, Auxilio, Carmen, Inma, José Luis, Rocío, Carmen Aurelia, Àlvar y Almudena. Todos ellos forman parte de la entrañable comunidad que sostiene el proyecto de atención a personas migrantes desde el que Tesa escribió estas palabras tan desgarradoras.

Por nuestra parte, nosotros ya llevamos dos semanas sirviendo en distintos proyectos en Melilla. Nos queda una semana más y la visita de hoy nos ha servido para continuar profundizando en las paradojas y los contrastes que no dejamos de ver durante todos estos días. Ciertamente, no es fácil reconocer momentos de muerte y, a la vez, sentir signos de resurrección que asoman tozudamente. Pero hay algo más. La visita de hoy también nos ha servido para reconocer que la Iglesia que soñamos se parece mucho a lo que hemos vivido durante nuestra visita a la misión en Nador.

Después de compartir el día con personas normales que juntas están haciendo realidad algo extraordinario, cuando cruzábamos el puesto fronterizo rumbo a Melilla, nos hemos imaginado a las multitudes detenidas por los muros de nuestro mundo. Ha sido entonces cuando nos ha venido a la cabeza el evangelio de hoy. Los últimos serán los primeros, decía. Qué bonito sería poderlo ver hecho realidad.

 

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