¿Cómo habría sido la vida de san Ignacio de Loyola en el siglo XXI?
Este miércoles 26 de octubre ha tenido lugar en el Museo Diocesano de Barcelona el acto de inauguración de la exposición «Ignatius Experience» que se puede visitar hasta el próximo 5 de febrero.
Se trata de una muestra innovadora que invita al visitante a interpretar desde la propia experiencia cómo sería la vida de san Ignacio de Loyola en el siglo XXI. Al acto de inauguración asistieron el Cardenal Arzobispo de Barcelona, Mons. Juan José Omella y el Superior Provincial de los Jesuitas, el P. Antonio España SJ, así como el alcalde de Manresa, Marc Aloy, y el director general d’Afers Religiosos, Carles Armengol, entre otros representantes institucionales.
La exposición se recorre de forma individual y genera un diálogo constante entre la vida de Ignacio de Loyola, hace 500 años, y la del propio visitante que se siente interpelado a lo largo del itinerario. Y en este recorrido también hay un diálogo creativo entre piezas históricas que representan la vida del santo y obras contemporáneas de autores como Picasso.
El comisario de la exposición, el arquitecto Josep M. Riera considera que la espiritualidad ignaciana tiene pleno sentido hoy en día y traza el hilo argumental de la muestra en los cambios que acontecen cuando alguien sufre una herida. Por este motivo, más que una exposición, estamos ante una experiencia, que se vive también a través de los cambios de iluminación que nos acompañan en cada sala.
Para el jesuita Francesc Riera, que ha asesorado la muestra, «Ignatius Experience, el poder transformador de una herida» es una pequeña prueba de los Ejercicios Espirituales: si está dispuesto, el visitante escuchará sus propios silencios incómodos así como su propio silencio liberador. Y, al finalizar, se planteará qué impacto ha tenido en él la visita.
La muestra es una iniciativa de la Compañía de Jesús y el Museo Diocesano, y ha contado con el asesoramiento de los jesuitas Francesc Riera y Xavier Melloni.
«Ignatius Experience» se podrá visitar en las instalaciones del Museo Diocesano de Barcelona (Pla de la Seu, 7) hasta el 5 de febrero. Se recomienda llevar móvil y unos auriculares.
Imagen: Arzobispado de Barcelona-R.Ripoll