Publicado: Lunes, 10 Abril 2023

Tercera probación, la experiencia de la acogida

Tres tercerones por Castilla y León y un sentimiento común: gratitud por la acogida. Los tres han tenido la oportunidad de explicar mil veces el significado de tercerón: el jesuita que vive su última etapa de formación, la Tercera Probación. También se le conoce como ‘la escuela de los afectos’ porque en estos seis meses se integra la oración afectiva y la experiencia apostólica para experimentar una vida apostólica centrada en el amor a Jesús. Así que para Manuel José Jiménez, Colombia, 41 años de edad; Stivel Toloza, Colombia, 38 años y Pawel Bucki, Polonia, 43 años, esta experiencia ha supuesto eso, sentir la diversidad, la universalidad, la espiritualidad ignaciana y la sincera acogida de la Compañía de Jesús. Todos esos dones juntos.

El punto de encuentro y punto de partida es Salamanca, el Centro de Espiritualidad. De allí partió Pawel a Valladolid, a vivir en Ecología y Acogida Ana Leal y colaborar con Red Incola. A Burgos y León, Stivel, para vivir en la comunidad de Molinillo y participar en Atalaya Intercultural, en el Centro Ignacio Ellacuría y en el colegio La Merced. Manuel José se quedó en Salamanca participando de la labor educativa de San Estanislao de Kostka y la parroquia de El Milagro de San José. Tres experiencias que a los tres les ha brindado contacto con personas migrantes, muchos también colombianos, con jesuitas, muchos de ellos muy mayores, y con la mirada de los escolares y docentes. «Me llama la atención el envejecimiento del Cuerpo Apostólico, muchos ya están jubilados, hay mucha asimetría», comenta Stivel. Esta realidad y el desafío demográfico al que se enfrentan los colegios jesuitas le han causado una enorme impresión: «La Compañía de Jesús tendrá que responder muy sabiamente a ambos restos». De hecho, la formación de los compañeros en la misión (laicos y laicas) es un compromiso destacado por Stivel, que ve cómo la inquietud por mantener viva la llama de la Compañía de Jesús a través de los laicos y las laicas es una realidad que se atestigua en la dirección de los colegios. «En Colombia es muy extraño que un laico asuma la dirección del colegio».

Para Pawel han sido días de tocar la gran variedad de misiones de esta ciudad y la colaboración estrecha con laicos y laicas de esta red. «Una red que además es amistad», explica. Su inmersión ha sido desde dos características personales suyas, la tranquilidad y la colaboración. «Todo ello me ha ayudado en este proceso de integración de mi vocación en la vocación de la Compañía de Jesús».

Claves de la experiencia

Manuel José ha descubierto la gran red EDUCSI de colegios jesuitas a través del colegio San Estanislao de Kostka. Dice que es de «admirar» por su fuerza como organización. Su material pedagógico y su capacidad para mover en momentos especiales como la Semana Ignaciana, Día del Cuidado.

Pawel destaca la estrecha colaboración jesuitas-laicos-laicas para la misión basada incluso en la amistad. Y encuentra sintonía con la manera ignaciana de ver el mundo.

Stivel comenta que el contacto con personas migrantes le ha impresionado, especialmente con colombianos. Llegan a España con la esperanza de un mundo mejor, con expectativas muy elevadas huyendo del drama de su país y se encuentran con otro drama aquí, cuando no ven logradas las expectativas: «Primero me he acercado a ellos y he intentado transmitirles un realismo esperanzador. Creo que he podido aportar tranquilidad a estas personas».

Cuando se han despedido han repetido las palabras del principio, su sentimiento de gratitud por la acogida. Los afectos han dejado su huella.

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