Publicado: Miércoles, 10 Abril 2024

Nuevo sepulcro para el padre Huidobro

Este 9 de abril se ha comenzado un proceso que, en unos meses, llevará a la nueva ubicación de los restos del Siervo de Dios Fernando Huidobro Polanco, en el claustro de la parroquia San Francisco de Borja, en Madrid.

En la actualidad, los restos estaban en el pórtico izquierdo, una zona de difícil acceso -solo se podía visitar cuando estaba abierta la Iglesia- y con algunas humedades. Ahora que está en marcha el proceso de beatificación del jesuita, de acuerdo con las autoridades religiosas se ha optado por buscarle un mejor espacio en el conjunto parroquial. En concreto, el nuevo mausoleo estará en uno de los lados del claustro, en concreto en el lateral de la capilla del Santísimo, de un modo similar a como está el sepulcro de San José María Rubio.

El traslado comienza con el análisis forense de los restos (esta es la etapa que ha comenzado este martes) ante un tribunal nombrado desde la diócesis. Ya a partir de ahí falta terminar el mausoleo (también es importante saber cual es el estado de los restos para ver el tamaño idóneo de la nueva urna). En el lugar del emplazamiento actual queda ahora un cartel indicando «En conformidad a lo que pide la normativa para los procesos de canonización, se está realizando el reconocimiento canónico de los restos del Siervo de Dios Fernando Huidobro Polanco. En las próximas semanas se avisará de la fecha del traslado al nuevo emplazamiento preparado en el claustro de esta iglesia».

Se espera que todo el proceso se culmine de aquí a junio. Se irá informando de los pasos y fechas a medida que se vaya sabiendo.

Fernando Huidobro nació en 1903 en Santander. A los 16 años ingresó en el Noviciado de la Compañía de Jesús en La Cartuja (Granada), y en 1933 celebró su primera Misa en Bélgica, donde se había exiliado tras la disolución de la Compañía en España con la proclamación de la II República.

Al estallar la Guerra Civil, el padre Huidobro solicitó el traslado a la península para acompañar espiritualmente a todos aquellos que pudieran necesitarle. Así, es nombrado capellán de la Legión y comienza su labor en Madrid. En su manera de servir a los enfermos, destacó por su determinación de tratar por igual a los heridos de ambos bandos, y es hoy una figura especialmente destacable como ejemplo de reconciliación.

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