Publicado: Lunes, 28 Abril 2025

Cuidar nuestra casa común: un llamamiento a profundizar nuestro compromiso

Hace algunos años, la Compañía de Jesús recibió las Preferencias Apostólicas Universales (PAU) del Papa Francisco. Ahora nos encontramos en la segunda fase de su implementación. Centrándonos en la cuarta PAU —colaborar en el cuidado de nuestra casa común—, la Secretaría de Justicia Social y Ecología (SJES) se encargó de realizar una encuesta universal que puedes leer aquí, cuyos resultados ponen de relieve tanto nuestros avances como los retos que nos esperan. El pasado 22 de abril, día en que celebramos el Día Mundial de la Tierra, el padre general Arturo Sosa escribió al cuerpo apostólico presentando los resultados de la encuesta e invitando a todos a reforzar nuestro compromiso de fe para cuidar la integridad de la creación y construir un futuro más justo y sostenible:

Queridos amigos en el Señor:

Hace cinco años, tras un periodo de discernimiento, recibimos las Preferencias Apostólicas Universales 2019-2029 (PAU) del papa Francisco. En su carta de misión a la Compañía de Jesús, el papa Francisco confirmó que estas preferencias se alinean con las prioridades de la Iglesia expresadas a través del magisterio ordinario del papa, los sínodos y las conferencias episcopales, especialmente desde la publicación de Evangelii Gaudium.

En el umbral de la segunda fase de la implementación de las PAU, en junio de 2024, pedimos al Secretariado para la Justicia Social y la Ecología que estudiara cómo nosotros, como cuerpo apostólico universal, estamos respondiendo a la cuarta Preferencia Apostólica Universal: Colaborar en el cuidado de nuestra casa común.

La encuesta reveló que se están produciendo numerosos avances positivos en todo el mundo en las Regiones, Provincias y Conferencias de superiores mayores. Hemos ido más allá de las buenas intenciones. Hemos hecho progresos significativos, pero aún quedan retos por afrontar:

  1. Nuestros planes deben incluir siempre a los pobres y marginados; sus voces deben ser escuchadas y respondidas.
  2. Necesitamos mejorar en el trabajo conjunto en el cuidado de nuestra Casa Común como Provincias, Regiones, redes y Conferencias de Superiores Mayores.
  3. También debemos colaborar con otros grupos más allá de nuestros propios apostolados para abogar por la justicia climática.

Todos estamos llamados a compartir y celebrar el don de la espiritualidad ignaciana y su pedagogía, adoptando una cultura de administración responsable para el desarrollo sostenible e integral, estando cerca de los pobres y sus desafíos críticos, y promoviendo políticas públicas que garanticen acciones acordadas para revertir la degradación ambiental en todo el mundo. Estos planes incluyen, entre otros objetivos, reemplazar los combustibles fósiles como fuente principal de generación de energía, controlar la minería y la explotación destructivas para el medio ambiente, y preservar las fuentes de agua, las tierras y la biodiversidad.

Las PAU interconectadas nos invitan a inspirarnos y a obtener fuerza espiritual de nuestras fuentes carismáticas. Colaborar en el cuidado de nuestra Casa Común significa cumplir con la responsabilidad moral de renovar nuestras relaciones con Dios, con los demás y con toda la creación. Colaborar en el cuidado de nuestra Casa Común significa caminar con los pobres y vulnerables a medida que el cambio climático intensifica su sufrimiento y perpetúa las causas que producen estructuras injustas. Colaborar en el cuidado de nuestra Casa Común significa acompañar a los jóvenes, a quienes el Papa Francisco honra como aquellos «que construyen el futuro hoy, en el presente».i La destrucción medioambiental causada por el sistema económico dominante no solo afecta a quienes viven actualmente en la Tierra, sino que también condiciona y pone en peligro la vida de las generaciones futuras. Como expresó el jefe nativo americano Seattle: «No heredamos la Tierra; se la pedimos prestada a nuestros hijos».

El SJES tiene un papel particular en liderar y animar a todo el cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús en nuestro compromiso de fe con la justicia social y la ecología. Aun así, el cuarto PAU es responsabilidad de todos nosotros. Unamos ideas, tiempo y recursos; unamos nuestros deseos, voluntades y planes para cuidar mejor de nuestra Casa Común.

A medida que continuamos asimilando e implementando las PAU durante este Año Jubilar de la Esperanza, que encontremos nuestra confianza en Dios y la pongamos únicamente en Él. Que Nuestra Señora nos obtenga la gracia de la integridad de vida, para que podamos colaborar eficazmente en la reconciliación de todas las cosas en Cristo.

Arturo Sosa SJ

Superior General

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