Experiencia en Taizé

Sara Martín Fuentes (Málaga) nos da testimonio de su experiencia en Taizé este verano:
“Salimos de España con ilusión, algunos de revivir la experiencia en Taizé y otros para descubrir por qué ese sitio es tan especial. Éramos 32, de Sevilla (Centro Arrupe), Málaga (San Estanislao), San Feliu de Llobregat (Parroquia Sant Llorenç), Madrid y Pamplona, y pasar una semana allí ha supuesto ver la vida de otra forma. En Taizé se respira paz y tranquilidad en cada momento del día, desde que te despiertas con el sonido de las campanas en vez de con el despertador, hasta que permaneces en absoluto silencio en cada momento de oración donde, a pesar de estar rodeado en la iglesia de aproximadamente unas 5.000 personas, te sientes a solas con Él. Todo el mundo trabajaba para los demás, ya sea limpiando, sirviendo comida, o guardando el silencio. Compartías el trabajo y los grupos de reflexión con personas de otros países, y aunque parecía que las barreras más grandes iban a ser el idioma o la cultura, la compenetración, la tolerancia, y las ganas por saber más del otro dejaron a un lado esos aspectos superficiales. En Taizé, sin preguntarle nada a Dios, te da todas las respuestas, te renueva sin saber cómo. De ahí lo bonito de dejarnos sorprender por Él”.