La alegría del Evangelio en la Plataforma Territorial de Loyola

El último provincial de Loyola Juan José Etxeberria SJ decía ahora hace justo un año, al terminar la décima y última edición del Encuentro del Sujeto Apostólico Provincial, que el evento anual tendría que tener continuidad de una u otra forma en la nueva estructura de provincia. Dicho y hecho: este fin de semana se ha celebrado en Loyola el primer Encuentro del Sujeto Apostólico Territorial en el que han participado unas 120 personas.

Salvo el nombre, poco ha cambiado en un evento que cada año constituye una oportunidad de encuentro para personas e instituciones que trabajan por la misma misión desde lugares y ámbitos diversos y explorando constantemente las posibilidades de compartir esa labor y llevarla a cabo juntos. Este año la jornada se celebraba en torno al tema de "Volver a la Alegría del Evangelio", hallando en las palabras del papa Francisco una fuente de la que nutrirse para la renovación pastoral que aborda la PAT.

El viernes tuvimos la oportunidad de comprobarlo en multitud de experiencias que se recogieron en sendas exposiciones de las tres plataformas locales que integran la PAT sobre la labor de anuncio del Evangelio que llevan a cabo: se habló de voluntariado, pastoral, comunidad con inmigrantes, espiritualidad, santuarios, y de muchas otras cosas. Y en todas hallamos el lenguaje de la alegría, la ternura, la cercanía, la libertad, la audacia. Evangelio en estado puro.

Después disfrutamos de una tertulia en la que el sacerdote, periodista y escritor Juan Rubio y nuestro compañero Cristóbal Jiménez SJ nos ayudaron a reflexionar sobre el sentido y valor de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. Fue un diálogo abierto, natural y sincero en el que se compartieron impresiones sobre el nuevo tiempo abierto en la Iglesia en estos últimos años.

La jornada del sábado estuvo dedicada al trabajo en grupos, distribuidos por sectores, para soñar las acciones que podrían llevarse a cabo en el futuro. El Encuentro del Sujeto Apostólico terminó con una eucaristía en la Basílica de Loyola para poner los proyectos ante el Señor y dar gracias por todo lo vivido.

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