Publicado: Martes, 22 Septiembre 2015

El sueño de los refugiados

Cuando Felipe Reyes, Pau Gasol y toda la selección española de baloncesto levantaban la copa como Campeones de Europa, unas familias de refugiados sirios tomaban un autobús y proseguían su sueño -también europeo- huyendo de una cruenta guerra, desesperados y con ilusión de reunirse con sus familias.

Durante este fin de semana más de 20 personas de varias familias han sido acogidas gracias a la hospitalidad de diversas comunidades de nuestra familia ignaciana en Madrid, y a la red informal de plataforma ciudadana que se ha creado. Nuestra comunidad jesuita de hospitalidad (CoHo) en el Barrio de la Ventilla ha acogido a nueve miembros de una familia siria. Lo mismo han hecho otras familias de nuestra red y hay un dispositivo preparado ante eventuales necesidades en el Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo. Nada de esto hubiera sido posible sin el inestimable apoyo y acompañamiento desde las entidades el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) y todo el Sector Social, que están acabando de ultimar una Campaña de Hospitalidad en todo el territorio nacional 

Escuchar sus historias de penurias vagando durante más de cuatro años por el norte de África después de ver como varias bombas derribaban sus casas y buena parte del barrio donde vivían, niños que se han convertido en adolescentes sin la oportunidad de haber acudido a la escuela, la extorsión y violencia para poder cruzar fronteras o simplemente para acercarse a un puesto donde solicitar asilo, las condiciones de los centros de estancia temporal para inmigrantes, etc. Todas estas historias, y muchas más han dejado el corazón de nuestras comunidades y familias muy impactado. En este contexto, daba alegría ver correr a los pequeños en el parque, subirse a los columpios o contemplar como esbozaban de vez en cuando una sonrisa las mamás, cuando no recordaban el dolor de tener a su familia dividida…

Tiempo para arrimar el hombro, para hacer la compra y la comida para una "familia numerosa", mover colchones,... ¡Qué bonito ver como nuestros chicos subsaharianos que comparten comunidad de hospitalidad en la Ventilla se volcaban en servir a la familia Siria... apoyando en la cocina, jugando con los niños, conversando con los jóvenes! Ellos también saben lo que es verse obligados a dejar su familia y su tierra atrás.

Aunque casi todo el foco de nuestra mirada esté puesto en el este de Europa (Hungría, Serbia, Croacia, Grecia, etc.) o en las cumbres de los líderes europeos, intentando consensuar unos cupos de acogida a familias que huyen de la violencia y la guerra, sigue habiendo familias refugiadas “invisibles” más cerca de lo que imaginamos, que duramente están viviendo esta dilación de responsabilidades. Esta situación también nos interroga sobre la cantidad de personas que huyendo del hambre y la violencia, siguen malviviendo en nuestro país, algunos prácticamente en la “calle” o sin una oportunidad para salir adelante.

Llegamos a la estación… Besos, abrazos, bendiciones, alguna que otra lágrima, agradecimiento,… Varias familias españolas seguían con su mirada la partida del autobús batiendo sus manos en señal de despedida,... Después de haber compartido estos días muy intensos, nos preguntamos quién ayuda a quién... Profundamente impactados y deseando que el sueño de estas familias se pueda hacer realidad.

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