Publicado: Miércoles, 20 Abril 2016

Curso de religiones para funcionarios

Jaume Flaquer sj, desde las entidades de la Compañía de Jesús, Cristianisme i justícia y Migra Studium, dirige un programa de formación de funcionarios en materia de “Diversidad religiosa en Cataluña”. Durante el año 2015 recibieron esta formación 375 funcionarios de ámbitos muy diversos: juventud, justicia, seguridad ciudadana (policía urbana y mossos d’esquadra), educación en tiempo libre, profesorado de religión en la escula pública, etc. Los cursos los ofrece la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat y los encarga a estas dos insituciones en colaboración con otras dos más.

Tienen una duración de 18 horas y se presentan todas las confesiones religiosas oficialmente reconocidas en Catalunya, con particular atención al islam, al hinduismo, al budismo y a la gran variedad de confesiones cristianas. Se explica también la legislación en materia de libertad religiosa además de educar en “buenas prácticas” para evitar discriminaciones. Los funcionarios escogen voluntariamente este curso entre una gran variedad de otras ofertas de formación permanente, por interés personal o profesional. La valoración de satisfacción se mueve entre el 9 y el 10.

La importancia de la oferta de estos cursos proviene de la paradoja del crecimiento de la pluralidad religiosa a la vez que se produce una mayor secularización de la población. La disminución del conocimiento del hecho religioso se produce al mismo tiempo que aumenta su complejidad. De hecho, la mayoría de las confesiones en Catalunya han duplicado el número de sus centros de culto en diez años. Las mezquitas han pasado de 139 (en 2004) a 256 (en 2014), los templos evangélicos de 341 a 725, los budistas de 28 a 68, los hindús de 16 a 27 y los de las iglesias orientales ortodoxas de 8 a 55. Gran parte de este crecimiento es debido al fenómeno migratorio pero también a las conversiones, en especial al budismo: de los 68 centros de culto, en 50, la población asistente mayoritaria es española.

La apertura de todos estos centros de culto supone un reto para los ayuntamientos (para tramitar los permisos necesarios), y para la sociedad civil que debe habituarse a una transformación de “colorido” del espacio público. Asimismo, colegios, hospitales, prisiones, cementerios, etc, deben conocer los elementos esenciales de cada religión para no vulnerar los derechos en materia de alimentación, indumentaria, fiestas religiosas, entierros, etc.

El conocimiento es el primer paso para la comprensión y el respeto; la comprensión el primer paso para la valoración y el aprecio, y la valoración es el primer paso para la formación de una sociedad armónica.

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