Publicado: Jueves, 25 Agosto 2016

¿Por qué repetiría mi experiencia en Magis 2016 y JMJ?

Testimonio de Cristina Girón, joven participante de Magis 2016 y JMJ Polonia: 

Después de que hayan pasado varios días desde mi llegada a España tras la experiencia vivida en el MAGIS y en la jornada mundial de la juventud celebrada en Polonia, y sintiendo la constante necesidad de grabar a fuego todo lo vivido, (quizás por esta misma razón radica mi necesidad de verbalizar y compartir esta aventura), me dispongo a relatar el por qué repetiría estos 21 días de peregrina sin dudarlo ni un segundo,  mil veces más.

Como toda aventura, ésta también tiene un comienzo. Empezó en Madrid con el primer encuentro entre los españoles que íbamos a participar en el MAGIS 2016, todos con nuestras mochilas cargadas repletas de ilusión, ganas y con la inquietud de todo aquel que va a emprender un nuevo viaje. Desde el primer momento, ya fuese al conocer caras nuevas o al reencontrarte con aquellos que ya conocías, ya se podían oler todos esos ingredientes que cada uno de nosotros portábamos en nuestra mochila. Como si de una receta se tratase todos teníamos la materia prima, era la hora de ponerse manos a la obra y de ver el resultado del plato.

En la segunda parada aterrizamos en Loódz (Polonia). Fue un encuentro con otros, diferentes banderas, y detrás de cada una, distintas culturas, idiomas, pero una misma razón que nos llamaba a cada uno a estar allí y dejarnos sorprender. Y así fue. Y es que…cuánto bueno se puede llegar a recibir cuando te dejas empapar de los demás y te dejas conocer sin filtros, así, tal como eres. Cuando estás dispuesto a darte y a recibir desde el minuto 0 que empieza el día.

Siempre nos lo han dicho, pero no nos acabamos de dar cuenta… que Dios está en lo pequeño, en los detalles. En esos momentos de cada día en los que alguien o algo te saca esa sonrisa, o te remueve las entrañas. Sin olvidar a ese Dios que acoge nuestras debilidades y que sostiene la complejidad de cada historia. En esta experiencia, en concreto, se podía palpar como estaba detrás de cada peregrino fuese de la nacionalidad que fuese, como fiel compañero. Solo ver el efecto de la fuerza de la Fe en cada persona conocida es digno de admirar. Y es que el Magis, es la ocasión de contemplar una pequeña representación del mundo: rica en diversidad, tanto física como cultural, pero a la vez la posibilidad de admirar como en tanta diferencia “superficial” hay algo más profundo compartido por todos, que se hace presente en la vitalidad y fuerza de todos los jóvenes acompañado de la alegría inmensa que todo esto conlleva.

Y para celebrarlo qué mejor que una JMJ, nuestra última parada ¡Eso sí que es empaparse de un ambiente único! Cuántas imágenes podremos tener grabadas más de uno al ver a tantos jóvenes cada uno con sus sueños y aspiraciones, brindando por la vida, apostando por los valores que nos han ido enseñando para dejarnos la vida en ellos, y que tanto resaltó el Papa Francisco. Y  por supuesto, sin olvidar, la admiración por “ese” Dios hecho hombre, Jesús, quien tantos mensajes nos dejó para hacer cada uno en su “pequeño terreno de vida” el reino de los cielos.

Después de empaparse de cada persona queda, que no es poco, recordar todos aquellos momentos vividos para que esto sea la energía que  mantenga viva la velita que cada uno tenemos que mantener encendida día a día y así “solamente” será cuando seremos luz para todos los nuestros.  Además sería una pena no llevar el plato elaborado durante todos estos días a nuestros críticos más exigentes, nuestros seres queridos, 

¡GRACIAS peregrinos, porque cada uno de vosotros ha hecho que el camino del otro sea “MAG+IS”  GRANDE Y MÁGICO!

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