Publicado: Sábado, 15 Octubre 2016

Madera de General

¿Cómo es Arturo Sosa, el nuevo General de la Compañía? Nos lo cuentan varios jesuitas que le conocen mucho.

Luis Ugalde es un jesuita español que se siente venezolano, ya que lleva en el país más de sesenta años. Esta semana asistía en Madrid a la reunión del GIAN por el derecho a la educación y le hemos preguntado por el nuevo General, con el que tiene mucha cercanía. No en vano, fue alumno suyo y le sustituyó en varios cargos: “Arturo fue alumno mío en Bachillerato, fue quien me sustituyó de director en el Centro de reflexión y quien asumió mi Cátedra en la universidad cuando yo fui nombrado Provincial”. De su personalidad resalta dos aspectos, su gran apertura y que haya realizado actividades en sectores muy diversos. “En primer lugar destacaría que es sumamente abierto, de trato fácil, cordial. Tiene muy buena formación, porque a la de jesuita, le sumamos un doctorado en Ciencias Políticas en la universidad nacional central”. En segundo lugar para Luis Ugalde es importante que “haya realizado actividades en sectores muy variados. Por ejemplo la etapa de Magisterio la hizo en una red grande de cooperativas trabajando con los campesinos. Allí vio a la sociedad desde los pobres. Y por otro lado fue director del centro Social y después le tocó ser rector de una universidad católica. Además de provincial durante 8 años”. Nos cuenta también que aunque normalmente los provinciales están en el cargo seis años, cuando tocaba el cambio hubo un golpe de estado en el país y en Roma decidieron que continuara dos años más.

“Tiene una visión muy abierta, muy buena para los grandes problemas del tercer mundo y al mismo tiempo también visión de la complejidad del mundo más desarrollado”, por lo que para Ugalde “es una elección muy esperanzadora, y va a ser un generalato muy abierto”. Por último, nos comenta que el nuevo general coincidió con el Papa Francisco en el año 83 en la CG que eligió al P. Kolvenbach, cuando Arturo Sosa era el delegado más joven de aquella congregación.

El jesuita venezolano Jesús Rodríguez Villarroel (Chúo) reside en España desde hace tres años y trabaja en Entreculturas. Vivió junto al P. Sosa durante 8 años, en la misma comunidad y teniéndole de superior. Además han trabajado conjuntamente en un proyecto en la zona fronteriza con Colombia, y en colaboración con jesuitas colombianos.  Destaca su importancia en su país de origen: “Su reconocimiento en Venezuela como analista político. Fue director de una revista de análisis político y social, y director del centro Gumilla de los jesuitas, dedicado a la reflexión política y social. Ha sido puente en negociaciones políticas y sociales”. De su etapa de provincial resalta que “animó a la provincia en la construcción de su plan apostólico” y que uno de los puntos importantes fue el trabajo con los laicos. Rodríguez Villarroel define a Sosa como “un hombre de fe-justicia y fe-cultura, con una visión muy amplia de la Compañía y con mucho empeño en el trabajo en redes” y opina que “sus impulsos fuertes, diría que van a ir por: laicos, redes, fe-justicia”. Considera que es un hombre de visión, que animará a la Compañía a la búsqueda, a la novedad, y que en Venezuela es un referente para los jesuitas jóvenes.

De su personalidad incide en lo mismo que Ugalde: “En lo personal, es cercano, alegre, familiar, llano con la gente, cree muchísimo en las personas”.

Juan Miguel Zaldúa (Pochi) jesuita pamplonés que pasó 48 años en Venezuela y que se encuentra en España, ahora mismo en Salamanca, cree que “es una elección muy buena porque tiene madera de General: porque tiene capacidad de gobierno, inteligencia, mucha capacidad de trabajo y de tener abiertos varios frentes de atención a la vez”. De su personalidad resalta también su  simpatía personal y su sentido del humor y añade que “tiene una fuerte personalidad y recia espiritualidad”. En cuanto a su relación con el gobierno venezolano afirma que “Arturo es polítologo y en el gobierno venezolano le tienen respeto”. Además, nos cuenta una anécdota que le pasó con Hugo Chávez: “En 2002 cuando Chávez, siendo militar, dio un golpe de estado, al irle a trasladar de cárcel temió por su vida y pidió protección. El cardenal nombró a dos obispos y a Arturo Sosa garantes de la vida de Chávez y le acompañaron en su traslado de cárcel. Una vez en un programa televiso Chávez dijo que a él sólo le podían regañar el obispo Padrón, el obispo Morante, y el P. Arturo Sosa, los que le habían acompañado, porque se habían jugado la vida por él”.

Al jesuita español Luis Giménez Lombar, destinado muchos años en Venezuela y que ahora reside en Zaragoza, se le nota que está muy contento. Nos dice de su personalidad que “es muy campechano, muy alegre, muy abierto en el campo social y una persona que sabe estar en cada lugar como corresponde y que sabe decir a cada persona lo que debe decirle”. Para él Sosa ha hecho “una gran escuela en Venezuela. Ha hecho muy buen aporte en el país”. Por último, para Lombar “es de interés que el papa blanco y el papa negro sean latinoamericanos, algo querrá decir el espíritu…” 

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