
Los pequeños milagros, acompañar servir y defender a los refugiados sirios en el Líbano.
El pasado jueves en el Centro Arrupe de Madrid, Ángel Benítez-Donoso sj, compartió con los jóvenes de la Comunidad Universitaria Francisco Javier lo vivido en su etapa de Magisterio en el Líbano, acompañando a los refugiados de la guerra de Siria.
Ángel ha trabajado dos años en un colegio de la Compañía en Beirut, acogiendo a los niños que huían de la guerra de Siria. Este colegio es una obra del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), que se encarga de acompañar, servir y defender los derechos de las personas refugiadas y desplazadas.
A pesar de las duras historias sufridas por los niños refugiados, Ángel insistió en que aunque la guerra y la muerte estaban presentes, él venía a hablar sobre todo de vida: de la vida de esos niños que han sufrido heridas muy profundas y que, a pesar de todo, salen adelante y sonríen cada día.
Los niños llegan al Líbano arrancados de su hogar, llevando consigo una tiple herida: la guerra, la huida de su hogar y la espera por volver al mismo. La infancia interrumpida, la dificultad para adquirir aprendizajes básicos, la agresividad, el silencio, la tristeza, el miedo, la distancia en el trato con los adultos…son los síntomas de todas estas heridas. El JRS quiere ayudarles a recuperar la normalidad: escolarización, juegos, escucha, acompañamiento…en definitiva, la vida de un niño normal.
Como decía Ángel al concluir su charla: "La muerte no es el final de la historia. Por grande que sea la herida siempre hay sitio para el perdón, la reconciliación. El amor vence al odio, la vida vence a la muerte. Por oscura que sea la noche, el sol sale, Cristo ha vencido a la muerte."
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