Publicado: Martes, 22 Noviembre 2016

Procesión de la Virgen del Quinche por las calles de La Ventilla

Un año más, y ya van 17 desde que el Padre Sánchez Arjona empezara esta hermosa tradición desde Pueblos Unidos, en la parroquia San Francisco Javier y San Luis Gonzaga, sacamos a la virgen del Quinche, la virgen de los sin papeles, en procesión por las calles de nuestro barrio de la Ventilla (Madrid). Ni el frío ni la lluvia, que no paró de caer en toda la mañana, lograron que la virgen se quedara en la iglesia, ya que son muchos, todavía, los inmigrantes que desgraciadamente están lejos de alcanzar nuestra zona de confort. Por todos ellos es por los que la Virgen y todos sus devotos nos echamos a la calle y acompañamos a nuestra madre en el dolor de tantos y tantos de sus hijos. Creo que ese es el sentido profético que una procesión como ésta nos recuerda año tras año: hacer visible la realidad de tantas y tantas gentes migrantes de nuestros barrios y ciudades, que siguen teniendo muy difícil el pan y el trabajo de cada día, para ellos y para sus familias. 

Si acaso, y a este sentido profético, añadirle toda la fuerza de fe, vida y folklore que los ecuatorianos nos transmiten en esta fiesta. Un trípode que a nosotros se nos escapan en la mayoría de nuestras celebraciones, y que ellos, sin embargo, unen como la cosa más natural. Así, la circulación entre el rezo y el baile, el baile y la ofrenda, la ofrenda y la oración, forman un todo conjunto e inseparable en el que cada elemento se siente reforzado por los otros dos. 

A la procesión y los bailes delante de la imagen siguió la eucaristía presidida por Jorge Lasso, jesuita ecuatoriano que se encuentra en Madrid en periodo de estudios,  y que por ser de la tierra, llenó el corazón de todos los ecuatorianos que allí se congregaron, recordándoles, que el amor que la virgen los tiene, como el de Dios, es un amor que se llama: misericordia.  

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