Publicado: Domingo, 08 Abril 2018

Llamados a compartir una misión que no nos pertenece

El domingo concluyó el Encuentro de la Provincia de España después de tres días de trabajo en los que se han tratado las principales llamadas a las que se siente convocada la Provincia. Tras la llamada a las fronteras y al servicio de la fe, la última jornada estuvo dedicada a la misión compartida.

La charla del P. Provincial, Antonio España SJ, era para muchos la primera ocasión de escucharle, después de que asumiera su cargo en julio del año pasado. Araceli de los Ríos, de la Universidad Loyola Andalucía, le transmitió el deseo de todo el cuerpo de la Compañía de que se sienta «acompañado, ayudado y apoyado» en su importante misión, como amigos en el Señor.

Antonio España SJ comenzó situando la vocación laical en el contexto eclesial y de la Compañía. Se refirió a la misión compartida como «algo más que colaboración»: es integración en la misma Misión, es ser signo e instrumento de la comunión de Dios. En la misión compartida no nos disolvemos como laica/o o jesuita sino que ponemos en común una Misión, que tiene en el centro la espiritualidad ignaciana, «que da vida y sustenta en todo momento la propia Misión».

Señaló también las dificultades específicas de cada una de las vocaciones. El laico corre el peligro de contentarse con una «versión reducida del carisma», limitar la participación a la colaboración en su obra, no empeñarse suficientemente en la formación, etc. El jesuita por su parte corre el riesgo de considerar al laicado como subsidiario, de ver la misión compartida como una amenaza a su identidad y sentirse alejado de la Misión. Ante estos peligros, la misión compartida requiere de nosotros empatía — «preguntémonos ¿qué puedo hacer para ayudar a que el otro crezca en su vocación?»—, complementariedad y respeto. Necesitamos una mentalidad nueva, que no sea ni «clericalista» ni «laicocéntrica». Habrá que dar pasos en diferentes ámbitos: en la comunión y afinidad personal, en la responsabilidad, en la formación y en el desarrollo de la espiritualidad hacia nuevas propuestas e interrogantes. El reciente documento del Secretariado para la Misión Compartida puede ser una importante herramienta en este camino.

Después nos dividimos en grupos para escuchar diversos testimonios de jesuitas, laicas y laicos que encarnan ese espíritu al que había aludido el provincial, dejando de manifiesto que cuando hablamos de misión compartida hoy en España no estamos simplemente formulando un deseo, sino describiendo una realidad que va desplegándose en todos los apostolados, implicando a personas con vocaciones diversas, conscientes de que comparten una Misión que no les pertenece a ninguno.

Finalmente, en el plenario, el dibujante Fernando de Pablo expuso el relato gráfico que plasma con ingenio lo ocurrido en Loiola en estos tres días. Alberto Ares SJ concluyó invitándonos a salir a la calle como cuerpo en Misión y a vivir enamorados y enraizados. El provincial presidió la Eucaristía final en la basílica.

Así concluyó la tercera edición del Encuentro de Provincia, al tiempo que se anuncia ya una cuarta para el año que viene. Será un encuentro diferente, con más participantes —a lo que ayudarán también las obras de ampliación que está realizando el Centro de Espiritualidad— y que tendrá como eje central el nuevo proyecto apostólico de la Provincia que, si se cumple lo previsto, estará entonces recién aprobado. El anterior proyecto apostólico —de 2010—ha orientado los primeros pasos de la Provincia que nació en 2014. Con un nuevo provincial recién nombrado y el proyecto apostólico en elaboración, la Provincia de España entra en un nuevo tiempo.

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