Publicado: Martes, 07 Octubre 2014

Una imagen puede decirlo todo.

En esta ocasión, ese decirlo todo es la virtud del cuadro de Safet Zac que el Papa Francisco bendijo el pasado 27 de septiembre en el Gesù. La experiencia de cada jesuita es que se siente radicalmente restaurado cuando pasa por ese momento de Ejercicios en que san Ignacio nos sugiere un coloquio ante el Crucificado y ante Su descendimiento de “cómo de Criador es venido a hacerse hombre, y de vida eterna a muerte temporal, y así a morir por mis pecados”. Ante ese Cristo descendido, conectamos con nuestro ser más profundo, se aclara nuestro discernimiento y volvemos a ser peregrinos. El cuadro de Zac nos lo recuerda y disponemos de él como mensaje sobre cómo ha de ser todo futuro de nuestra mínima Compañía.

Francisco José Ruiz Pérez, SJ

Pie de foto: Descendimiento de Safet Zac, con los rostros de San José de Pignatelli, El P. Jan Roothan (segundo superior general de la Compañía restaurada) y el P. Pedro Arrupe. Iglesia del Gesù, Roma.

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