Publicado: Jueves, 02 Junio 2016

Es necesario discernir

Ningún ámbito –ni el político, ni el económico, ni el social, ni el cultural– se libra hoy del imperativo de que es necesario discernir. Hay ya pocos terrenos totalmente controlados y previsibles. Cada una de las dificultades serias que arrostramos política, económica, social y culturalmente no viene con la solución bajo el brazo, sino al revés: con el planteamiento de un  problema. No hay señales claras y evidentes de por dónde tirar. Lo único verdaderamente indiscutible es que el mundo será lo que hagamos de él… y, por eso, discernir es esencial para todos y para todo. Es en ese marco general de discernimiento continuo donde también se vive la Provincia cuando va acercándose a su segundo año de vida. Nos hallamos en evaluación anual de obras, plataformas apostólicas y sectores. Modelamos destinos para jesuitas y laicos que asumirán el curso próximo. Buscamos acentos apostólicos más afinados y contextualizados. Reconfiguramos comunidades y fortalecemos presencias. Por si fuera poco, miramos de reojo a la cercana CG36 y la voz del Espíritu que puede venir de ella. Todo este ejercicio de discernimiento de la Provincia no está separado de los grandes discernimientos que la sociedad y la Iglesia realizan en este momento. En realidad, las decisiones que se fraguan ahora entre nosotros aspiran atrevidamente a ser un poco de luz, aunque pequeña, en la corriente de esos discernimientos de peso que nos envuelven y en que tanto nos jugamos. Dios nos pide ser Provincia no sólo de este tiempo, sino también para este tiempo.

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