
Buscar la vida
Este mensaje pascual, previsto para hace dos semanas, llega con retraso pues la actualidad eclesial nos ha hecho tener otros acentos, otra oración y otra mirada. Pero la Pascua no es un momento, sino una larga etapa hasta la fiesta de Pentecostés. Las mujeres, al visitar el sepulcro, reciben una pregunta que tiene toda su actualidad: “¿por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? (Lc 24,5). Y hoy recibimos esta misma pregunta, pues nuestra mirada, a veces anclada en problemas y esquemas pasados, está profundamente retada de esperanza.
¿Y si Jesús tenía razón? ¿Y si Dios cumple su promesa de vida plena? En este texto del Evangelio se expresa de forma potente el contraste entre la fe de las mujeres y la prevención y prudencia de los discípulos (con Pedro a la cabeza) que todavía se resisten a creer. Es un relato paradigmático de lo que puede ocurrir en nuestra vida: por un lado existe un deseo de creer, de abrirnos a la alegría que sólo Dios da. Por otro, reconocemos la incapacidad de superar la duda permanente que limita nuestra fe más allá de nuestras mismas posibilidades de creer.
Por eso la Pascua es Misión: Dios nos invita a ser buscadores de vida. Decía el Papa Francisco que “en el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien” (Spes non confundit 1). Por eso el Misterio que celebramos implica buscar la vida en aquellos lugares y situaciones donde se instaló (aunque temporalmente) la muerte y la desazón. Que el Señor nos conceda un ánimo renovado y la alegría de una fe auténtica en el Resucitado, que irrumpe en nuestra vida para cambiarla por completo.
P. Enric Puiggròs SJ