Publicado: Jueves, 18 Junio 2015

La encíclica Laudato Si’

El jueves 18 de junio el Papa Francisco publicaba la encíclica titulada Laudato Si’ (Alabado seas), un documento dirigido «a cada persona que habita este planeta» que ha removido nuestras conciencias, reclamando a todos transformar nuestra forma de entender la vida, el lugar del ser humano en el mundo y su relación con el entorno.

Ningún resumen de la encíclica puede excusar la lectura del documento en su integridad, que, además de lanzar un mensaje profético al mundo, constituye un documento pastoral de primer orden, llamado a orientar e iluminar a la Iglesia y a todos los cristianos. Algunas de las claves de lectura de Laudato Si’ son: en primer lugar, una denuncia de la injusticia medioambiental sufrida por aquellos que no han generado los problemas; en segundo lugar, una propuesta para que luchemos contra el despilfarro y adoptemos una vida sobria, honrada y solidaria con los que menos tienen y con toda la creación; en tercer lugar, una mirada contemplativa que sea capaz de disfrutar de la belleza de la creación y de descubrir un valor intrínseco en todo lo creado, superando la visión utilitarista que domina nuestro mundo; en cuarto lugar, una visión sapiencial capaz de superar la parcelación de las distintas ciencias y la visión reduccionista del hombre como consumidor y de la economía como búsqueda constante del crecimiento; por último, una llamada al cambio personal e institucional movilizada por la fe, alimentada por la espiritualidad y basada en los principios del destino universal de los bienes, el bien común, la precaución y la solidaridad.

La preocupación por la ecología no le es ajena a la Compañía de Jesús, que en la Congregación General 35 (2008), tomó conciencia de que «el cuidado del medio ambiente afecta a la calidad de nuestra relación con Dios, con los otros seres humanos y con la misma creación». En particular señalaba que el modelo de explotación de las fuentes de energía y otros recursos naturales está afectando especialmente a los pobres: «Hemos sido movidos por el clamor de los que sufren las consecuencias de la destrucción medioambiental».

Como respuesta a la llamada que hace hace el Papa a los cristianos para que «sepamos asumir los compromisos con la creación que nos plantea el Evangelio de Jesús», ofrecemos también el último anuario publicado por la curia de Roma de la Compañía de Jesús, dedicado en su integridad a este tema.

Esta toma de conciencia se actualiza ahora con las enseñanzas que aporta la encíclica Laudato Si’. Una reflexión «gozosa y dramática a la vez» que, al tiempo que nos enseña con Francisco de Asís a alabar los bienes de la «hermana nuestra madre tierra», señala también las profundas heridas que la asolan y nuestra responsabilidad ineludible en la misión de sanarlas.

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